El pasado 7 de diciembre de 2015 se emitió en directo tanto en España como a nivel internacional El Debate Decisivo, programa especial realizado por el grupo Atresmedia. Durante la emisión, observamos cómo los candidatos y representantes de cada partido se desenvolvieron en un debate dinámico e histórico de carácter prioritario en las próximas elecciones generales del 20 d. El debate se posicionó rápidamente como el programa más visto del año, con casi 10 millones de espectadores. Los bloques temáticos fueron muy variados a la vez que controvertidos, debatiendo en asuntos que van desde la materia económica y social hasta los asuntos más relevantes en materia de política interior y terrorismo internacional.

El debate estuvo dirigido por Vicente Vallés y Ana Pastor, periodistas del grupo Atresmedia. Ambos moderadores condujeron el carácter temático de cada espacio con múltiples preguntas individuales y grupales a los cuatro candidatos. Además, el debate estaría marcado por un sorteo que asignaría los turnos tanto del inicio como del final del programa.

El ambiente fue dinámico, incluso algo recargado, donde se podía oler la importancia y la preocupación de los diferentes grupos políticos por realizar un debate que sería decisivo en las urnas.

Al principio, se pudo detectar cierto nerviosismo en prácticamente todos los candidatos, pero según iba avanzando el debate, la serenidad y la profesionalidad emanó de los contrincantes. En cuanto a la indumentaria, se ha de reconocer que el conjunto elegido por el candidato de Podemos pudo haber tenido un carácter más formal, pero el representante se mantuvo fiel a su propio estilo. En cuanto al resto, la presencia fue impoluta y muy adecuada para la ocasión.

En lo que se refiere a Economía y Estado del Bienestar, se produjo un profundo repaso a los impuestos y a la reforma fiscal, además de hablar sobre el sistema de pensiones, la sanidad, educación, deuda, crisis, copagos, desempleo, reforma laboral… Todos los candidatos y representantes presentaron su actual o futura línea política sobre estos temas, además de rebatir las menciones o críticas realizadas por los otros contrincantes.

También se debatió ampliamente las reformas institucionales, centrándose el diálogo en los casos de corrupción, donde hubo más polémica entre los representantes; la Reforma del Poder Judicial, financiación de los partidos, Reforma de la Constitución del 78, entre otros.

Algunos estuvieron menos diestros que otros a la hora de responder con claridad a ciertas cuestiones planteadas, sobre todo en materia económica y social, pero todos ellos tuvieron oportunidad de salvar y contraatacar en ciertas cuestiones que resultaban polémicas para el interés de su propio partido y de sus futuros votantes.

En el bloque final, los participantes tuvieron la oportunidad de venderse durante un minuto frente a las cámaras, utilizando un monólogo muy estratégico y bien preparado con el fin de convencer a los espectadores de que su programa político es la mejor opción.

En definitiva, este debate además de ser histórico en nuestro país, ha resultado ser una plataforma prioritaria en el que los partidos a través de sus candidatos y representantes realizaron un arduo trabajo con el fin de atraer a los indecisos y de reafirmar a sus fieles votantes.

Elisa Lozano