» Siempre pensé que morir de amor solo era una licencia poética» (Memorias de mis putas tristes – Gabriel García Márquez). Recorriendo los carriles que separan Madrid de Alicante ¿quién sería capáz de evadir al poder de absorción de la literatura de García Márquez? Así me encontré un día antes del fallecimiento del embajador de Macondo tal y como si se tratase de la Crónica de una muerte anunciada.
La lectura es una actividad tanto didáctica como de entretenimiento que se ha apoderada de todas las generaciones por muchos siglos. Se trata de todo un universo enorme conformado por 27 símbolos que cobran sentido gracias a la capacidad literaria humana. Su vinculación con el día a día de las personas ha sido tan fuerte que desde 1995, UNESCO declaró el 23 de abril como el Día Internacional del Libro. La elección de esta fecha no fue mera casualidad ya que coincide con el día de la muerte de William Shakespeare y Miguel de Cervantes.
Este año se lamentará la pérdida de un escritor cuyas manos han conseguido abrir las puertas a un mundo llamado Realismo Mágico con su estilo que se tambalea entre el humor, la sátira y el drama. El 23 de abril resulta la oportunidad perfecta para regalar una flor acompañada de un libro como tarjeta de embarque a un viaje desde las orillas del Río Magdalena, pasado por la Sierra Nevada hasta llegar a Macondo; un pueblo costeño donde las mariposas son amarillas, el tiempo no es lineal y las familias son condenadas a Cien años de soledad.
Pero esta soledad que se apoderó de la familia Buendía no acompañará la muerte del escritor colombiano mientras su legado siga siendo parte importante la literatura hispana, pero sobretodo, mientras siga siendo honrado a través de la lectura en un día tan espacial como es el día de hoy. De esta manera que se aproveche El Día Internacional del Libro como un espacio que consiga unir a cada seguidor de Garcia Maquez, Shakespeare, Cervantes y muchos otras más y convertir así a todos los lectores en una comunidad internacional sumergida en el poder de las letras. Para finalmente conseguir que “el ver mucho y el leer mucho avivan los ingenios del hombre” (Cervantes).
Angélica Carbonell
Twitter: @angiecarbonell