«Me debo al honor de mi patria y de los ciudadanos de este país, y no de esta Cámara», ha contestado Iglesias, quien, entre las protestas de buena parte del hemiciclo, se ha atrevido a bromear afirmando que podría ser «divertido» que algunos diputados pidieran un turno de palabra al haberse dado por aludidos cuando ha hablado de «potenciales delincuentes».
Poco después les ha puesto incluso nombres y apellidos recordado los escándalos que han salpicado a los diputados del PP Pedro Gómez de la Serna, Vicente Martínez Pujalte o el exministro José Manuel Soria. Mesura le ha recomendado el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ante esos «gruesos» calificativos y durante un vivo intercambio de opiniones, bromas sobre Twitter y SMS incluidas, en el que el líder del PP le ha recordado al de Podemos que ahora forma parte y está en el Parlamento y no en la calle gritando «no nos representan» como proclamaba el 15M.
Por eso, le ha preguntado si cree que los manifestantes que secunden el «Rodea el Congreso» el próximo sábado durante la votación de su investidura piensan que Iglesias tampoco les representa.
Y es que el líder de Podemos ha subido hoy a la tribuna en una situación muy distinta a la de anteriores investiduras, reclamando para Unidos Podemos el papel de «oposición real» y «de verdad», una vez que el PSOE le entregará el Gobierno a Rajoy, y haciendo bandera de las movilizaciones en favor de la vivienda, la sanidad o la educación públicas, y del derecho de los sindicatos a convocar una huelga general contra una reforma laboral.