Sanos y salvos llegaron el periodista de El Mundo, Javier Espinosa, y el fotoperiodista, Ricardo García, a la base aérea de Torrejón de Ardoz en la tarde de ayer domingo. Los dos periodistas españoles fueron liberados el pasado viernes por el grupo islamista que los mantenía secuestrados desde hace 6 meses. Los dos periodistas fueron recibidos a pie de avión por sus familiares que no dudaron en correr hacia ellos para abrazarlos. Al aeródromo también acudió la vicepresidente del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría; el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Felix Sanz Roldán; el director y el exdirector de El Mundo, Casimiro García-Abadillo y Pedro J. Ramírez.
Tanto Javier como Ricardo mostraron los evidentes signos físicos del secuestro, al que más se lo pudimos notar fue al fotoperiodista, Ricardo García, que lucía pelo largo y una basta barba.
Los dos periodistas fueron secuestrados a mediados del mes de septiembre del pasado año cuando intentaban abandonar Siria tras dos semanas informando sobre la guerra civil que se vivía, y se vive, en el país.
Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova fueron capturados el 16 de septiembre del 2013 al tratar de abandonar Siria tras dos semanas informando sobre las consecuencias de la guerra civil.
En una improvisada rueda de prensa los dos periodistas dieron las gracias por el apoyo recibido durante estos 194 días de cautiverio, «Gracias a todos los que se han preocupado por nosotros y han hecho posible que volvamos a casa. Estamos bien», añadieron.
La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) publicó un comunicado en el que celebra la liberación de dos periodistas y recuerda que los informadores en zonas de guerra se limitan a informar al mundo de lo que ocurre en esos territorios. “La FeSP siempre ha condenado y condenará estos atentados contra los periodistas que desarrollan su labor en guerras o zonas de conflicto, tanto los enviados especiales como los informadores locales, porque ellos no son parte de la contienda y lo único que hacen es cumplir con su obligación de informar al mundo sobre lo que ocurre cada día en esos territorios”.
Rubén Abal
