Natalia Medina Pardo
En la biografía de Frida Kahlo se suceden constantemente nuevos amores. A uno de ellos, el ruso León Trotsky, le regaló un violín que ahora podría ser la pieza más valiosa de la pintora.
A día de hoy, Frida Kahlo es considerada como icono cultural y fenómeno mainstream y su arte es venerado a nivel mundial. Su producción incluye en torno a 150 obras, a las que se suma una última recientemente descubierta: un violín. La artista mexicana pintó a mano el instrumento y se lo dedicó a León Trotsky, su entonces amado. Se estima que el precio que este artículo alcanzará en subasta romperá los récords alcanzados hasta la fecha, llegando a los 50 millones de euros. Claro que, el interés global por el arte de Frida hace comprensibles estas cifras.
El amor entre Frida y el líder comunista tuvo lugar durante el exilio de este último en Coyoacán (México) entre 1937 y 1939. La pintora plasmó su amor en el violín, cuyo hallazgo se ha llevado con la máxima discreción hasta ahora, cuando por fin se ha confirmado su autoría. Se desconoce por cuántas manos ha pasado la obra hasta llegar a la persona que lo posee actualmente. Es más, tampoco se conoce el lugar o nombre de quien ahora guarda la pieza. Su existencia se conoce gracias a que su propietario, tras sospechar que se trataba de una creación única, tomó la decisión de ponerse en contacto con el abogado español Javier Gallego.
Un grupo de expertos coordinados por Gallego han estudiado y determinado la autenticidad del violín. Por otra parte, la verificación de la letra y la firma han estado a cargo de Guillermo Pastor Vázquez, presidente de la Asociación Nacional de Peritos Calígrafos. Además, al estudiar los pigmentos se ha confirmado que fue pintado en los años 30 y en América Central. El resultado de las investigaciones, por tanto, es concluyente: Frida pintó el violín en los años en los que se produjo su romance con Trotsky, a quien iba destinado. «Un hombre sin Patria es como un viejo violín sin cuerdas, espero que muy pronto recupere su Patria y su hogar, su ideal y su lucha y vuelva a ser el director de la Historia mundial. Atentamente, Frida Kahlo». Estas son las palabras que pueden leerse en el anverso, donde también están pintados dos grandes ojos, una boca rosa y dos líneas simbolizando el bigote que tanto caracteriza a la autora. En cuanto al reverso se ven dos mariposas y un sol negro que alberga el símbolo de la hoz y el martillo.
Frida Kahlo falleció hace casi 70 años y en su diario, antes de morir, dejó por escrito su último deseo: “espero una salida feliz y espero no volver jamás». Sin embargo, la figura de Frida nunca ha llegado a irse del todo. Además, el descubrimiento del violín no hace más que avivar su imagen. La última voluntad de Frida, por el momento, no se cumplirá.