Afortunadamente hoy en día somos muchas las mujeres que podemos acceder a un puesto de trabajo, pero este “privilegio” sigue sin estar al alcance de todas. Tanto instituciones como empresarios, empleadores en general, siguen viéndonos en desventaja frente a los hombres sobre todo por el papel como madres y las necesidades de conciliación de la vida profesional con la familiar (como si los hombres no tuviesen responsabilidades familiares). Desgraciadamente muchas mujeres siguen sin ser libres económicamente, circunstancia que en muchas ocasiones las obliga a depender, al menos en este aspecto, de otras personas.
El año 2017 está siendo especialmente dramático en cuestión de violencia machista. En nuestro país han sido asesinadas 21 mujeres en lo que va de año, una cifra absolutamente inaceptable.
Ante la violencia de género debemos realizar una labor autocrítica. Día a día tanto hombres como mujeres, repetimos actitudes que consideramos normales incluso culturales, que no hacen más que perpetuar comportamientos que alimentan la desigualdad. Son actos de “violencia simbólica” como diría Pierre Boudieux o de “Micromachismo”, término acuñado por Luis Bonino Mendez para referirse a la violencia simbólica ejercida sobre la mujer.
El pasado día 22 de febrero El Pais comenzaba un artículo con la siguiente frase: “Al menos 15 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas hasta el 22 de febrero…”
Observemos como el redactor usa eufemísticamente la expresión “han perdido la vida” como si a las pobres, tontas ellas, se les hubiese perdido el bolso. ¿Por qué no llamamos a las cosas por su nombre? “Al menos 15 mujeres han sido ASESINADAS por sus parejas o exparejas…” sería más acorde con la realidad sucedida.
Toda la sociedad hemos de tomar conciencia de la gravedad de la violencia hacía la mujer, pero en un entorno Universitario además de tomar conciencia tenemos la capacidad de EDUCAR. Porque la educación es (al menos para muchos de nosotros) nuestra razón de ser. Y es sólo desde la educación desde donde se puede dar fin a esta lacra social cada día más preocupante.
Como educadores tenemos un papel que desempeñar, un papel que se debe expresar tanto en las aulas, frente a los alumnos, como fuera de ellas. Tanto nuestro discurso como nuestras actitudes son fundamentales y deben ser ejemplizantes.
En los entornos laborales se pueden observar día a día actos que van desde micro al macro machismo. Todavía hoy en día el número de mujeres con puestos de responsabilidad es notablemente inferior al de hombres. Todavía la mujer cobra significativamente menos que el hombre por hacer el mismo trabajo. Y aunque en nuestra universidad el nivel de paridad es bastante aceptable, hemos observado en los últimos tiempos algunos casos de violencia de género que nos han alarmado y que no estamos dispuestos a tolerar.
Varias organizaciones han convocado media hora de paro, de 12:00 a 12:30, para el próximo 8 de marzo. La propuesta que os queremos hacer, es que dediquéis esa media hora, de la manera que consideréis oportuna, a tomar conciencia sobre el tema y a transmitir o promover en vuestro entorno (clase, despacho, café… ) una reflexión al respecto.
Escucha la entrevista a Eva Mónica Miguel pinchando aquí