España acoge, del 30 de agosto al 14 de septiembre, la XVII edición del Campeonato Mundial de Baloncesto 2014. La ilusión se expande entre los aficionados, la presión sobre los jugadores y tampoco falta la polémica. 24 países intentarán alcanzar un título que está en manos de la favorita EE. UU., que ganó en 2010 a la anfitriona Turquía, en un torneo donde la selección española fue bronce. Pero nadie olvida que fue España la vencedora en 2006, tras derrotar en la final a Grecia. Por tanto, la primera polémica, o el primer elemento en discordia, será saber si habrá final EE. UU.-España y, en caso de que se produzca, quién resultaría vencedor.
Otra cuestión que ha levantado muchos comentarios y críticas ha sido la elección de las sedes. Granada, Sevilla, Bilbao, Gran Canaria, Madrid y Barcelona son las elegidas. De entre ellas, la bilbaína levantó algunas polémicas, pues algunos políticos vascos dijeron que no querían que España jugara allí si Bilbao resultaba elegida como sede de la Eurocopa 2020 de fútbol. En este caso no habrá problema, pues España, enmarcada en el grupo A, junto a Serbia, Francia, Brasil, Egipto e Irán, jugará la primera fase en Granada y, si se clasifica, se trasladaría a Madrid hasta el final, pues los partidos a partir de octavos se juegan en esta ciudad y en Barcelona.
Otro asunto problemático para la organización, en concreto para la FIBA, fue la adjudicación de las wildcards o invitaciones para selecciones. Se clasificaron 19 mediante fase previa, España como anfitriona acudía seguro, y luego faltaban otras cuatro plazas que finalmente recayeron en Brasil, Finlandia, Turquía y Grecia. No obstante, este sistema, que parece que pronto se acabará, no es ni mucho menos un regalo. La propia FIBA reconoció que los países candidatos podían y hacían donaciones. Así que seguramente llegó el que más pagó sin importar demasiado su nivel.