- El coloso americano apuesta por nuevos canales de comunicación.
- Obama asienta las bases de su nueva estrategia política para que el futuro presidente americano continúe con su legado.
La Administración Obama se enfrenta a su última partida y han decidido jugar con otras cartas. Es hora de apostarlo todo con un último All in, dando paso a una estrategia clara de soft power frente a la estrategia bélica tradicional de Estados Unidos.
Obama ha conseguido cambiar la dirección de la jerarquía, colocándose en una posición horizontal y resurgiendo como líder dejando atrás esa imagen de jefe. Ante la necesidad de comunicarse con nuevas potencias, el gobierno estadounidense ha decidido abrir un canal de comunicación directo, dando lugar a nuevas relaciones en el sistema internacional.
Esta nueva manera de afrontar los “problemas” deja a Obama con un buen sabor de boca en vista del final de su candidatura, ya que aunque muchas de sus propuestas se hayan quedado en el tintero, este cambio de mentalidad es un gran punto y seguido en la historia estadounidense.
De cara a su último cuarto, Obama es firme en la consecución de sus intereses. A pesar del estancamiento en algunos ámbitos de su política interna, como la salud o la educación, debido a la espinosa situación del Capitolio, Obama no se rinde en la búsqueda del consenso. Apuesta por intereses comunes dentro de su país como son la inversión en energías renovables, manteniéndose dentro de los límites establecidos en el Protocolo de Kyoto. De este modo, Estados Unidos mejora tanto su imagen interna como su imagen internacional.
Obama asienta las bases de su nueva estrategia política para que el futuro dirigente americano continúe con su legado. Aún a sabiendas de que es una apuesta arriesgada, debido a que esta estrategia cuenta con un número similar de defensores como de detractores. Lejos de desistir en su cruzada, Obama está jugando sus últimas cartas sorteando temas tan candentes como el ébola, ISIS o los conflictos raciales dentro de sus fronteras.
María Aranceta
Irene Rodriguez