Francia, que introdujo múltiples rotaciones para este encuentro, ya estaba clasificada
Fue un partido totalmente atípico el que se vivió en el Education City Stadium de Doha. La vigente campeona del mundo, Francia, afrontaba su tercer partido con la garantía de ser la primera selección clasificada de este Mundial de Qatar 2022, lo que permitió a Didier Deschamps realizar rotaciones, conceder debuts (Disasi) o analizar la viabilidad de experimentos como el de Eduardo Camavinga de lateral izquierdo. Sobrevolaba una palpable sensación de relajación en el ambiente que Túnez, por el contrario, no dispuso en ningún momento y le sirvió para llevarse el triunfo (0-1: Khazri). Aunque, al final de los noventa minutos, no sirvió de nada en términos de clasificación.
Como se indicaba, había muchísimo más en juego para las Águilas de Cartago que no tenían demasiadas opciones para clasificarse pero que tenían claro que de morir, lo harían matando. De hecho fueron el gran atractivo para el espectador al ser la única selección que propuso algo de fútbol y que se volcó sobre la meta francesa. Con independencia de que una plantilla esté llena de cracks frente a la otra, está claro que la intensidad y ambición es uno de los aspectos más importantes de este deporte y en eso Túnez pudo dar una lección a Francia.
El primer tiempo arrancó tras la pitada al himno francés por parte de los aficionados tunecinos -recordemos antigua colonia francesa- y que ya hacía vaticinar que los visitantes iban a dar su mejor versión. De hecho la propia Túnez llegó a marcar nada más iniciar el encuentro gracias a un remate inapelable de Ghandri (8′) que resultó anulado por un milimétrico fuera de juego. No fue su única gran ocasión, mientras que Les Blues se veían totalmente superados, especialmente en el caso de Fofana que perdía el cuero con demasiado facilidad. Sin embargo ningún gol subió al marcador y el choque se fue empatado al descanso.
El guión del partido no se vio alterado en la segunda mitad y acabó sucediendo lo que todos los seguidores franceses se temían: Fofana tuvo una nueva pérdida de balón ante Khazri lo que le permitió, tras una gran conducción, situarse ante un flojo Mandanda y batirle por bajo (58′). El gol resultó muy celebrado pues el milagro parecía cumplirse, el paralelo empate en el Grupo D entre Australia y Dinamarca, permitía a los tunecinos soñar con la clasificación. Tras este gol, Túnez decidió replegarse y Deschamps dar entrada a sus armas letales, que intentaron una y otra vez por mediciación de Dembelé y Mbappé hacer gol, sin éxito. Mejor suerte tuvo ‘El Principito’ Griezmann en la última jugada del partido, pero el colegiado acabó anulando su tanto por fuera de juego, confirmando una merecida victoria de Túnez ante una inoperante campeona del mundo que al final no sirvió para nada. Pues Australia logró romper el empate en su partido lo que condenó a Túnez a la tercera plaza. Eso sí, pueden llevarse el reconocimiento de haber sido capaz de vencer a una de las selecciones candidatas a este trofeo.