“Por favor, mátame” de Legs McNeil y Gillian McCain. La historia oral del punk. Primera parte.
William Burroughs dijo que leer “Por favor, mátame” le hizo sentir como si hubiera estado allí… A mi me pasó algo parecido. Terminé tan cerca de Iggy Pop, Cheetah Chrome, Lou Reed, Tom Verlaine, Wayne Kramer, Stiv Bators, Damita, Patti Smith…, que creí estar viviéndolo en primera persona.
América se movió primero, aunque la onda expansiva tardara en llegar a Europa. Reino Unido supo canalizar el impulso subversivo americano y convertirlo en, como dijo Burroughs, postura política, vía Sex Pistols y The Clash.
En cualquier caso, nihilismo, ira y rock ‘n’ roll fueron las únicas armas que la convulsa Europa de mediados de los setenta pudo utilizar contra el neo-liberalismo que nacía entonces y que se consolidó con la llegada de Margaret Thatcher al poder en 1979. “No hay libertad a menos que no haya libertad económica”, dijo la Dama de Hierro. Una frase que 30 años después dio pie a la larga pesadilla económica que sobrevino tras la quiebra de Lehman-Brothers.
