El pasado viernes 10 de octubre, Europea Media tuvo la oportunidad de participar en una investigación de combate que será relevante para el futuro de los periodistas. Acompañados de otros compañeros de profesión y una vez situados en la zona de combate, las diferentes patrullas con las que íbamos a realizar el simulacro procedieron a la división de los grupos. Una vez terminado esto, los diferentes periodistas fuimos equipados con el material acorde a este tipo de acciones, casco, antifragmento y portaequipaje. Antes de introducirnos en el edificio en el que supuestamente se encontraba el rehén recluido por el Estado Islámico, las diferentes patrullas con los respectivos periodistas empotrados realizamos una serie de obstáculos, que consistían en escalada de muros y equilibrio sobre unas barras en zigzag, con el fin de adaptar nuestro cuerpo y nuestra mente a la situación de estrés que íbamos a vivir posteriormente. Una vez finalizadas estas pruebas físicas, procedimos a la toma del edificio, donde los militares se enfrentaron a diferentes situaciones, en las que tenían que reducir y arrestar a miembros del grupo terrorista ya mencionado anteriormente. Finalmente, consiguieron rescatar al prisionero sin muertos civiles y cumplieron la misión con éxito.
Existe una línea de investigación que trata de conocer las reacciones y las respuestas tanto fisiológicas como psicológicas tanto de combatientes como de periodistas en combate . Se ha demostrado en diferentes unidades de Ejército de Tierra que, a lo largo de estos 4 años de análisis por parte del Doctor Vicente Clemente y el Comandante José Robles, el estrés de combate afecta directamente a la respuesta fisiológica del combatiente aumentando la fuerza de su musculatura, aumentando también la activación de los metabolismos energéticos y la respuesta cardiovascular de esto. A pesar de ello, el procesamiento de la información se ve afectado y disminuido, debido al propio estrés del combatiente. Este hecho tiene un efecto directo sobre la memoria operativa, ya que se producía una completa amnesia después de la situación de combate, en la que el militar no era capaz de recordar fielmente las acciones de fuego realizadas.
Los propios investigadores, en su afán de buscar una aplicación multidisciplinar y práctica de los resultados encontrados, quisieron analizar el comportamiento y las consecuencias del mismo de otra figura importante que se encuentra en las zonas de operaciones y que tiene una relación directa con el procesamiento de la información, el periodista en zona de conflicto. Esta fase de la investigación es especialmente importante porque es el periodista quien tiene la responsabilidad de dar una visión objetiva y real de los conflictos, con el fin de que la sociedad conozca toda la información relativa a los sucesos.
Para ello, la investigación cuenta con dos fases diferenciadas con las que el Doctor Vicente Javier Clemente Suarez pretende cumplir tres objetivos claros:
1. Poder desarrollar un método de preparación más efectivo para el combatiente.
2. Que el periodista sea capaz de llevar a cabo una operación más efectiva cuando vaya a este tipo de zona.
3. Sobre todo a nivel jurídico, tener una base científica de temas de procesamiento de la información y temas de memoria; ya que los estudios previos realizados concluyen que el estrés puede influir de forma bastante aguda en la memoria.
La primera fase consiste en la toma de datos fisiológicos (frecuencia cardiaca, modulación autonómica, concentración sanguínea de lactato, cortisol…) y psicológicos tanto de los combatientes como de los periodistas, realizada en la zona de evaluación basal. Estos datos nos marcarán las diferentes respuestas y reacciones en una situación de alto estrés. Antes de proceder a la segunda fase de la investigación, es el Comandante Juan José Robles quien apunta algunos aspectos importantes a tener en cuenta durante el simulacro: “Los periodistas serán sometidos a mucho estrés durante el simulacro, y por ello, tienen la posibilidad de parar la misión si ese estrés psicológico o fisiológico supera sus expectativas, creándoles posibles trastornos. Cada patrulla estará formada por cuatro hombres encargados de dar protección a los dos periodistas empotrados que se les asignaría para cubrir los hechos que van a suceder. No obstante, es el propio periodista quien tiene que ser precavido ya que, en una situación real, es esa conciencia de peligro la que te mantiene con vida. El objetivo de los reporteros será cumplir con su labor de la mejor manera posible sin interferir en la actuación de la unidad. Así pues, deberán seguir las indicaciones del personal militar que les acompaña. El ejercicio y todas sus pruebas son simulación, cualquier parecido con la realidad es solo orientativo, aunque la situación que se aparenta sea bastante cercana a la misma. Las situaciones que los periodistas verán durante el simulacro son aquellas que con frecuencia se pueden ver en zonas de combate, así advertirán lo complicado que es reaccionar con estrés”. Por último, el Comandante, animaba a los periodistas a disfrutar de la experiencia, aprender lecciones que les fueran de utilidad en el futuro y a colaborar para que el proyecto saliera adelante de manera exitosa.
Posteriormente a la charla informativa, se procede a la simulación de combate en un entorno urbano en el cual una unidad de combatientes tiene que realizar una misión de rescate y evacuación de un rehén. A esta unidad de combatientes le acompañan dos periodistas que tendrán el objetivo de cubrir la misión y realizar, una vez finalizada la acción, una nota de prensa en la que explicaran con todo tipo de detalle lo ocurrido. Con todos estos datos contrastados, se pretende tener una clara idea de cómo afecta el estrés de combate al procesamiento de la información por parte del periodista en zona de operaciones.
El pasado viernes 10 de octubre, Europea Media tuvo la oportunidad de participar en esta investigación tan relevante para el futuro de los periodistas. Acompañados de otros compañeros de profesión y una vez situados en la zona de combate, las diferentes patrullas con las que íbamos a realizar el simulacro procedieron a la división de los grupos. Una vez terminado esto, los diferentes periodistas fuimos equipados con el material acorde a este tipo de acciones, casco, antifragmento y portaequipaje. Antes de introducirnos en el edificio en el que supuestamente se encontraba el rehén recluido por el Estado Islámico, las diferentes patrullas con los respectivos periodistas empotrados realizamos una serie de obstáculos, que consistían en escalada de muros y equilibrio sobre unas barras en zigzag, con el fin de adaptar nuestro cuerpo y nuestra mente a la situación de estrés que íbamos a vivir posteriormente. Una vez finalizadas estas pruebas físicas, procedimos a la toma del edificio, donde los militares se enfrentaron a diferentes situaciones, en las que tenían que reducir y arrestar a miembros del grupo terrorista ya mencionado anteriormente. Finalmente, consiguieron rescatar al prisionero sin muertos civiles y cumplieron la misión con éxito.
Las primeras conclusiones del estudio en periodistas del que formamos parte ya nos han sido transmitidas. Algunos de los datos analizados han puesto de manifiesto que la activación cortical del grupo de periodistas aumentó después de la simulación, al contrario que la de los combatientes en la que se ha evaluado un descenso; esto se puede achacar a que el número de estímulos aversivos a controlar por el combatiente es mucho mayor por lo que se produce esta disminución de la activación cortical síntoma de fatiga del sistema nervioso central.
A pesar que la velocidad del ejercicio fue baja, por debajo de los 2 km/h (marcha normal andando: 5-6 km/h) y la baja percepción de esfuerzo por parte de los participantes, los valores de lactato sanguíneo (evalúa grado de activación muscular) fueron de media superiores a los 4 mmol/l, valores cercanos a los que se pueden alcanzar en una maratón. En este tipo de situaciones, aun siendo simuladas, el sistema límbico activa el mecanismo innato de lucha-huida que prepara al organismo para la acción, aumenta la frecuencia cardiaca, la activación muscular, libera adrenalina… es un sistema innato y autónomo, es decir no tenemos un control consciente de él, por eso la percepción de esfuerzo es baja, aunque la respuesta del organismo sea elevada.
A nivel de memoria operativa, se ha observado que el reconocimiento de rostros es muy bajo al igual que el reconocimiento de armamento y objetos de información, posiblemente porque el foco atencional busca la amenaza directa y no procesa estímulos que no son directamente aversivos.
El estudio espera sacar muchas conclusiones más de esta situación de estrés a la que fueron sometidos los periodista, no obstante, todo parece indicar que la hipótesis de la investigación es correcta. Esto podría suponer un gran avance en este campo, proporcionando a los integrantes de una misión en zona de combate (tanto los mismos combatientes como periodistas) una mejor formación para poder llevar a cabo sus funciones.
Cristina López Iscoa / @crislopeziscoa
Cristina Villanueva Marín / @cris_vmarin
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