En tiempos en los que muchos no creen en las historias de amor, en esas de magia que parecen de cuentos de hadas, Ricardo Kaká y el A.C. Milan dicen “presente” para marcar la excepción de la regla y demostrar que aunque siempre se diga que las segundas partes no son buenas, el astro brasileño y su idilio con el equipo rossonero parece de nunca acabar.

Luego del irrelevante paso de Kaká por el Real Madrid, al que llegó en 2009 por la cifra de 65 millones de euros, retornó en septiembre de 2013 a la capital de Lombardía sin que el Milan tuviera que desembolsar un billete por el retorno del que fuera Balón de Oro en 2007, sin embargo, la ilusión de ver al que alguna vez fue el mejor jugador del mundo en buen nivel llenó los corazones de milanistas y amantes del fútbol.

A penas unos pocos días después de su vuelta a “casa”, Kaká sufrió una lesión en su abductor derecho que lo dejó por fuera de las canchas y, para sorpresa de muchos, decidió no cobrar su sueldo durante este tiempo. Una muestra más de amor por la camiseta que lo hizo grande a Kaká y que siguió aumentando la leyenda del ídolo brasileño en el club 7 veces campeón de la Copa de Europa.

Desde su vuelta a Italia, Ricardo Kaká ha subido su nivel, no es el del 2007, pero seguro no es el que pasó con más pena que gloria por el Real Madrid. En los 11 partidos que ha jugado, 8 en liga y 3 en competencias internacionales, Kaká ha marcado 5 goles y puesto 2 asistencias, nada mal para un jugador que venía jugando de manera irregular y que muchos daban por “liquidado”.

Y es que se ve al brasileño de manera diferente, aunque siempre fue carismático, luego de volver a Milán su sonrisa apareció más radiante que nunca. El crack se siente cómodo con los que quiere y quienes lo quieren, pues desde la Curva Sud hasta los demás lugares del estadio San Siro, sólo hay amor y agradecimiento para ‘Riki’.

El 22 rossonero sigue siendo el referente en un equipo lleno de juventudes (extraño en el Milan) y eso se evidenció cuando, debido a los malos resultados que atormentan a uno de los equipos más grandes de Europa, la Curva decidió hablar con los jugadores para exigir buenos resultados. Los convocados fueron él y Christian Abbiati, el portero del equipo.

De a poco, este grande del fútbol mundial vuelve a su nivel, 3 goles en 3 partidos y un gran juego en conjunto son muestra de ello. Faltará ver si sigue al alza su capacidad futbolística y puede, como en aquél mágico 2007, arrastrar al Milan con él para lograr las proezas que aún hoy soy recordadas, esas noches en que la curva coreaba “Siam venuti fin quà, per vedere segnare Kaká” y que lo hicieron volverse una leyenda absoluta.

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