Cada día se va obteniendo más información de los sucesos relacionados con el ISIS. Nuevos atentados, nuevas formas de llegar a la vida eterna, detenciones, huidas, alertas y videos mostrando sus cruentas técnicas. Pero parece que las matanzas y esta forma de actuación, basada en un infierno de vida para alcanzar el cielo, provoca como es lógico un aumento de grupos opositores. Cuando se habla de colectivos de esta envergadura, lo primero que nos viene a la cabeza son los equipos de servicios especiales y las grandes potencias que financian el bombardeo a los campamentos base del Estado Islámico, en definitiva, millones y millones de euros -y de muertes-.
Quién iba a pensar que estas madres procedentes de diferentes partes del mundo, iban a pasar de preguntarles a sus hijos por como había ido el día, a empezar a extrañarse de la razón, inusual, por la que su hijo dormía en el suelo o comía con las manos. Todos estos principios de que algo iba mal, se materializan en el momento de una huida inesperada que conlleva, en la mayoría de los casos, al cese de información sobre el paradero de sus hijos.
Esta rabia interna se materializa en la fuerza interior de cada una de estas mujeres en particular, las cuales han creado una asociación formada por madres de yihadistas de siete nacionalidades, cuyo único objetivo es conseguir que sus propios hijos regresen a casa y dejen atrás la Guerra Santa.
Parce que estemos hablando de un chiste utópico representado por el mejor caricaturista de la revista Charlie Hebdo, pero este aparentemente indefenso colectivo, con sus esfuerzos constantes, está consiguiendo parar desde dentro algo que ni las potencias más fuertes han conseguido.
«El paraíso está a los pies de tu madre” dijo el profeta Mahoma. En este caso a los pies de cada vez más madres. Este grupo de mujeres, valientes por naturaleza y madres por elección, han conseguido atacar desde dentro, utilizando las mismas armas que el estado islámico -las redes sociales- para reclutar a más participantes por la causa. Lejos de intereses económicos o políticos, se han movido gracias a la fuerza que les ha aportado centrarse únicamente en uno de los motores más puros que conoce la humanidad y que desde tiempos inmemorables ha movido montañas y ha roto muros: las ganas de una madre de recuperar a un hijo corrompido en un momento de debilidad.
Sara Rodríguez
