Ganar no siempre significa sacar provecho de las cosas. Un ejemplo claro de esto sería Pablo Iglesias. Él se convertiría en el vencedor del único debate a cuatro que los candidatos a la presidencia han realizado durante esta ultima campaña.

Aunque es cierto, que el más valorado ha sido Albert Rivera según el sondeo realizado por Metroscopia para El País. 

El resultado del debate está más o menos claro, lo cierto es que la duda sobre los pactos sigue estando sobre la mesa y la solución se complica. Ni con dos horas de debate que pasaron frente a frente los candidatos el pasado lunes fue suficiente para solventar o dar pistas sobre las posibles alianzas post-electorales, pero si redituaron los puntos de salida y coloca más lejos a los que ya tenían ciertas diferencias.

El post-debate, según los expertos está considerado muy importante, incluso más que el propio debate y lo equipos de los candidatos dedicaron su día a analizar cada momento del debate, tanto propio como del otro candidato.

Pablo Iglesias confundió a su colectivo declarando que Ada Colau no quiere la independencia de Catalunya cuando ella hace “negocios” con Puigdemont en este tema.

Mariano Rajoy salió vivo en un debate muy acotado a sus intereses, aunque sigue poniendo en evidencia su futuro en el partido. Según las encuestas del CIS ganarán las elecciones pero las expectativas de voto no mejoran, al contrario se reducen y con la suma de votos que obtendría Ciudadanos no sería suficiente para gobernar y recurrir a una gran coalición sería algo bastante complicado.

Rivera sigue buscando su lugar, se hace hueco y “roba” votos al PP de Rajoy. Rajoy durante el debate llegó a acusarle de inquisidor, algo que en el grupo de Ciudadanos no ha caído muy bien.

Pedro Sánchez, a su vez, ha sido considerado como un fracaso, como lo que se espera en las elecciones. Algo que en las filas del PSOE consideran inadmisible.

Lo que se saca en claro tras el debate es que el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos sigue intacto tras el anterior intento fallido de investidura conjunta. Sostienen que no hubo ningún acuerdo durante el debate de no derrotarse el uno al otro pero queda en entre dicho.

La estrategia de cada candidato queda en entre dicho y no se saca nada en claro. El debate sirvió más para ver las diferencias entre todos ellos y ver como se sacaban trapos sucios en vez de resolver dudas a la población española, que como muchas encuestas realizadas se aburrieron con el debate o apenas lo siguieron.

María García Ortega.