Pacientes con pre-sintomatología de la enfermedad aumentan su riesgo de padecerla 7,5 veces cuando se sienten solos. Actualmente 30 millones personas sufren la enfermedad de Alzheimer en el mundo, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alcanzará los 53 millones en las próximas 3 décadas.
La contaminación atmosférica, el tabaquismo, el sobrepeso y los problemas de presión arterial son factores que influyen en el posible desarrollo del Alzheimer. Evadir estas situaciones de riesgo nos puede ayudar a mejorar nuestras posibilidades de no padecerlo, pero según un estudio realizado por el Brigham and Women’s Hospital de Boston, en Estados Unidos, también el sentirse sólo seria ahora un causal de riesgo.
“Nuestro trabajo muestra una asociación novedosa entre la soledad y la carga de amiloide cortical en adultos con una función cognitiva normal. Por tanto, nuestros resultados concluyen que la soledad es un síntoma neuropsiquiátrico relevante de la enfermedad de Alzheimer preclínica” señala la Doctora Nancy J. Donovan, principal encargada de la investigación del Hospital de Boston y publicada en la revista JAMA Psychiatry.
En la investigación participaron 43 mujeres y 36 hombres. Todos presentaban una capacidad cognitiva sin irregularidades y una edad promedio de 76 años. El estudio consistía en medir las placas de acumulación de proteína beta-amiloide en la corteza cerebral, lo cual corresponde a lo que se conoce como amiloide cortical en adultos. Los participantes también respondían a un cuestionario que determinaba su nivel de soledad en una escala de mínimo 3 puntos y máximo 12. Los resultados establecieron en el grupo un promedio de 5,3 puntos.
Los pacientes que presentaron una mayor carga de beta-amiloide fueron quienes se determinó sufrirían 7,5 veces más posibilidades de padecer Alzheimer que el resto de los participantes en el estudio. Los individuos que arrojaron este resultado fueron 32.
También se consideró como factor atenuante: previos antecedentes de depresión diagnosticada, nivel socioeconómico, ansiedad, edad, género y la existencia de un gen que predispone a la gente a posiblemente desarrollar la patología (APOE4). Se determinó que la soledad aumenta las oportunidades de que portadores de aquel gen terminen sufriendo Alzheimer.
La soledad es difícil de determinar clínicamente puesto que constituye un estado subjetivo y es relativo para cada individuo las circunstancias, escenarios o situaciones que le provocan la percepción de sentirse solo.
La Doctora Donovan menciona en referencia al aporte que significa su estudio: “Nuestro trabajo forma parte de una nueva investigación en la neurobiología de la soledad y otros cambios socioemocionales en la edad avanzada y podría potenciar la detección precoz en la enfermedad de Alzheimer”.
Bárbara Sánchez Astudillo