El Barcelona vence cómodamente, 84-101, al equipo madrileño que ya acumula cinco derrotas consecutivas en la Liga Endesa.
«Falta mejorar. Ver los errores que cometemos y no hacerlos continuamente.» El entrenador del Movistar Estudiantes, Josep María Berrocal, analizaba el problema de sus jugadores al acabar el encuentro y saca una conclusión clara, el equipo no aprende.
Jornada tras jornada vemos exactamente lo mismo al comenzar un partido del equipo colegial, una clase magistral del rival a la que el los chicos de Berrocal asisten sin querer participar, cuando el equipo se da cuenta, ya es demasiado tarde. No importa si se juega en casa, el Palacio de los Deportes nunca deja de animar sea cual sea la situación, o fuera, parece imposible ver al Estu comenzar concentrado un partido, el último ejemplo esta tarde contra el Barcelona, en el que, de nuevo, el equipo azulón ha demostrado que tiene muchas asignaturas pendientes.
El deporte nunca es matemáticas, no es una ciencia exacta, pero hoy en el WiZink Center se enfrentaban dos equipos con dinámicas completamente opuestas. Por un lado el Barcelona, segundo de la tabla empatado con el líder y que ha conseguido ganar nueve de sus últimos diez partidos. Al otro lado de la cancha el Estudiantes, dos victorias en los ocho partidos de Liga ACB y cuatro derrotas consecutivas, con la de hoy ya son cinco. Así que los números decían que el Barcelona tenía todas las opciones de ganar.
La lengua también está presente en el baloncesto. Todos los jugadores del Barcelona hablan el mismo idioma, es decir, saben a lo que juegan. No tardaron en entender que el juego interior era la clave del partido, Ante Tomic estuvo casi perfecto en la primera parte y fue una pesadilla para el juego de pívots colegiales. Fueron 22 puntos antes del descanso, fallando tan solo un tiro de diez intentos, siempre libre, siempre dos pasos por delante. Frente a un equipo perdido y mudo como el Estudiantes, apareció un jugador que solo habla baloncesto, Heurtel. El francés estuvo fantástico desde la posición de base y se fue a las nueve asistencias.
“Me voy con una buena sensación. No solo porque ganamos el partido sino también por que todos los jugadores mostraron un buen carácter, jugamos como equipo.” Svetislav Pesic, entrenador del F.C.Barcelona.
La historia no entiende el deporte tampoco. El Estudiantes había ganado al Barcelona las últimas cuatro veces en el Palacio, pero la racha debía acabar hoy. No apareció nadie del equipo madrileño hasta que el partido ya estaba completamente perdido. Con más de 50 puntos encajados en la primera mitad (51-30), nadie en el pabellón pensaba en algo que no fuera una derrota local. A destacar, como siempre, eso es otra historia, la afición del equipo animando hasta el último cuarto.
Por último la defensa merece un estudio aparte. A pesar de que Berrocal había pedido durante la semana juego duro y brusco, el reto bonito, del que hablaba el entrenador catalán durante la semana se convirtió en un imposible. En las últimas cuatro derrotas el equipo madrileño recibe 48 puntos por partido, con esa defensa es imposible conseguir nada.
La reacción del equipo en el tercer cuarto, cuando el partido ya estaba perdido y que redujo la diferencia a un, no tan sonrojante, 84-101 final, y el debut del joven ucraniano Andrei Grytsak, fueron las únicas notas positivas en el partido de hoy. Un equipo que para el público aficionado suspende en todos sus aspectos, y del que su entrenador, en modo de profesor intenta sacar el lado positivo hablando, en declaraciones a final del partido, de un equipo que «a pesar de las adversidades siempre trabaja y quiere mejorar». Mucho tiene que mejorar este equipo si quiere llegar a junio con los deberes hechos. Veremos como sigue el curso.
Texto: Gabriel Álvarez; Itzel Luna.
Fotos: Nubia Sandoval
