La no competitividad le permite al pozulero disfrutar más las práctica de su deporte
Por Mariana Castillo Bustamante
Madrid tiene uno de sus pulmones en el Bosque Nacional Casa de Campo en donde entrena el equipo de kayak polo. Gonzalo Marcos Talabera es deportista de alto rendimiento de la Comunidad de Madrid por este deporte. La historia de Gonzalo empezó a los 13 años y ha tenido una montaña rusa de emociones.
Chalo, como lo conocen sus amigos, se inspiró a esta práctica por salirse un poco de los deportes comunes y se atrevió por lo particular y osado del kayak polo. Esto asumiendo el efecto circunstancial de los deportes poco convencionales, es decir, por el poco apoyo que suelen tener. Sin embargo, esto suponía un reto, pero no detuvo a Gonzalo de entrenar por el sueño de ser campeón del mundo, deseo que sigue en pie para el deportista español de 23 años.
El pozuelero comenta que en su paso por este deporte ha tenido momentos difíciles desde lesiones físicas hasta tener que perderse un Mundial por falta de apoyo económico, sin embargo, un tiempo de introspección ayudó al deportista a reenfocar sus esfuerzos y recordar que juega al kayak polo por mero amor al deporte, y así logró gozar aún más de esa práctica sin importar las circunstancias.
Gonzalo no tiene ídolos, pues inspirado por una frase del legendario Gianluigi Buffon que dice “No intentes ser como nadie, intenta que los demás sean como tú”, prefiere inspirarse en él mismo y superarse día a día, tanto en el deporte, como en su vida personal.
Gonzalo cuenta que la pandemia por Covid-19 ha afectado negativamente al kayak polo, pues no solo se han cancelado competiciones el año pasado dejándoles fuera ya de tres inviernos que suelen ser las temporadas más fuertes en este deporte, si no que este año pinta para lo mismo. No obstante, el nombrado segundo máximo goleador de kayak polo en el campeonato de España, considera que extraerse de la competitividad le ha ayudado al equipo, a quienes llama familia, a disfrutar más del juego como lo que es y a vivirlo sin esperar más a cambio que la felicidad de jugarlo.
Este deportista nos recuerda que aún en las condiciones más adversas se puede seguir amando lo que se hace sin prejuicios, sin que los obstáculos te venzan y sin perder la esperanza.
