Paola Monroy (29/08/1995) nació en Tepeapulco, Hidalgo México. Proviene de una familia donde el deporte siempre fue prioridad y la base de su desarrollo personal.
El primer deporte que realizó fue el taekwondo, pero su verdadero talento lo explotaría jugando al fútbol.
Recuerda que, siendo mujer y más en un país como México, las oportunidades para crecer en el fútbol son pocas y por tal motivo ella tuvo que jugar siempre en equipos de hombres, teniendo que luchar por un lugar en la cancha. “Fue difícil adaptarse a jugar con hombres, físicamente no podemos competirles y menos siendo una niña, sufrí mucho al inicio por el rechazo de mis compañeros” comentó la ahora jugadora del club Pachuca femenil.
Pregunta- ¿Cómo fue el proceso para convertirte en jugadora de la UDLAP (Universidad de las Américas Puebla)?
Respuesta- Fue algo inesperado, yo en realidad no sabía que sería de mi vida. Era estudiante de preparatoria y pensaba en continuar mis estudios como cualquier joven de mi edad. El parte aguas de mi vida fue un torneo que realizó a Universidad Autónoma de Hidalgo en el cual participé en las olimpiadas deportivas que año tras año se celebran. Mi equipo tuvo la fortuna de ser campeón del torneo y esto me ayudó ya que al final del último partido se acercaron dos hombres a felicitarme y me extendieron una invitación para hacer pruebas en el equipo de su universidad.
P- ¿Cuánto cambia el fútbol amateur femenil a formar parte de un equipo universitario?
R- En México el cambio es muy grande, porque en las universidades llegan las mejores jugadoras del país, ya que nos ofrecen educación de calidad y eso sin duda es un aliciente para nosotros y sabemos que debemos rendir en el campo para seguir aprovechando el privilegio de estudiar.
“Hoy por hoy considero que el fútbol universitario es el mejor trampolín para llegar al fútbol profesional en México, ya que muchas niñas llegan a las escuelas buscando una educación de calidad y se encuentran equipos de primer nivel”
P- ¿Cómo se lleva el ser estudiante y jugadora?
R- Al principio es un poco complejo adaptarte a los horarios de entrenamientos, clases y viajes. Pero al menos nosotras siempre tuvimos apoyo por parte del cuerpo técnico, quienes siempre fomentaron que el deporte y la educación deben ir de la mano, por ese motivo siempre debías estar bien en los dos ámbitos.
P- ¿Qué carrera universitaria cursaste?
R- Terminé la carrera de Psicología Clínica, y en su momento fue muy útil ya que me centré en la terapia de grupos, porque es muy difícil llevar un grupo con 26 mujeres jóvenes, en tanto a la convivencia diaria y esta carrera me permitía comprender patrones de conducta y eso le sumo al equipo.
P- ¿Cómo llegaste a convertirte en jugadora profesional?
R- Eso se da después de un torneo llamado CONADEIP, en el cual todas las universidades privadas de México participan. En esa edición nos tocó llevarnos el título y por fortuna ya había iniciado la liga femenil profesional en México, entonces muchos visores estaban al pendiente del torneo. 10 jugadoras de mi equipo fueron tomadas en cuenta para equipos profesionales, yo me decanté por el Pachuca ya que es el equipo de mi estado y siempre fui fanática del equipo.
P- ¿Qué pasó con tu equipo universitario?
R- No me deslindé del todo, si bien ahora juego en un equipo profesional, llegué a un acuerdo con la universidad y el club, cuando tenemos tiempo de vacaciones y pretemporadas regreso al equipo de la universidad y participo en los torneos que aún tenemos ya que los tiempos lo permiten.
P- ¿Cambia mucho el nivel profesional y el universitario?
R- En realidad no cambia tanto, como te mencionaba muchas compañeras están en distintos equipos de la liga, y prácticamente el nivel es muy semejante.
P- ¿Planeas continuar con tus estudios?
R- Si es una prioridad para mi, seguir estudiando y tengo en mente realizar una maestría en psicología deportiva, ahora en la universidad del fútbol y ciencias del deporte.
P- ¿Qué mensaje le podrías dar a las niñas que quieren seguir tus pasos?
R- Que sean muy fuertes en lo mental, siempre se encontrarán obstáculos que parecerán difíciles de romper o cruzar, pero deben seguir luchando. Todos en esta vida tenemos lo que merecemos por nuestros esfuerzos, y aunque a veces creas que mereces más es cuando más debes luchar porque ten por seguro que tu recompensa será mayor.
Escrito por: Keving Alberto Martinez Rivas