Natalia Medina Pardo
El Senador del Partido Popular ha hablado sobre comunicación política con los estudiantes de comunicación audiovisual de la Universidad Europea de Madrid.
El 21 de noviembre ha tenido lugar un encuentro con Fernando Martínez Maíllo en el plató de televisión del Campus de Villaviciosa de Odón. En su transcurso, el invitado ha compartido con los estudiantes su experiencia como jefe de campaña para transmitir la relevancia del papel que juega la comunicación política en la sociedad contemporánea.
La convulsión social, un fenómeno anteriormente provisional, es ahora permanente. En un mundo en el que los mensajes llegan al público de una forma cada vez más compleja, Martínez Maíllo es consciente de la necesidad de profesionalización de los comunicadores. “En España nos hemos incorporado tarde a la profesionalización de la comunicación política y es un elemento fundamental”, decía al hablar de una realidad en la que se ha democratizado la comunicación. “Hoy en día, con los medios de comunicación, cada uno es periodista de sí mismo y de lo que hay alrededor y eso es esencial para los políticos”, aseguraba.
Un mensaje es la forma de entrar en la mente y emociones de los ciudadanos, de forma que ellos y el político se identifican mutuamente; eso es lo que Martínez-Maíllo definía como “la magia de la política”. Y es que, para triunfar, hay que ser consciente de que en este mundo las recompensas inmediatas no existen. Por eso, para conseguir beneficios posteriores, lo que se debe buscar no es más que una identificación entre emisor y receptor; se ha de perseguir la confianza entre las partes.
¿Es bueno tratar de abarcar al mayor público posible a la hora de transmitir un mensaje en política? El senador tiene claro que no. Es cierto que será mejor que más gente vote y que el voto transversal contribuye al crecimiento, pero la segmentarización cada vez influye más y hay que saber diferenciar el mensaje global de aquellos dirigidos a grupos concretos. Así, Fernando Martínez Maíllo aconseja que cada uno, desde la naturalidad y conservando su estilo personal, aprenda a adaptarse a las audiencias y épocas distintas. Existen el electorado duro, blando e indeciso, y “no puedes dirigir los mensajes a todos, tienes que saber a quienes”.
“La campaña electoral es una guerra. Es un momento crítico y apasionante que engancha”. Con estas palabras hablaba del momento que dice desatar la mayor fuente de adrenalina. Claro que en tiempos de campaña electoral es importante tener en cuenta otra de las lecciones del ponente: “No hay que dejarse llevar por las olas de las noticias. No se debe confundir la percepción con la realidad”.