ESPAÑA 1 – HOLANDA 5

Caprichos del sorteo, España debutaba en el Mundial de Brasil frente a Holanda. La última vez que se enfrentaron fue en la final del último Mundial en Sudáfrica, en el que España se proclamó Campeón del Mundo. El partido tenía mucho morbo, con sed de venganza por parte de los Holandeses, que humillaron a una España irreconocible, sobre todo en la segunda parte, y la dejan al borde de la eliminación.

En el anterior artículo ya comenté que el seleccionador se había decantado más por convocar a jugadores con nombre y trayectoria que por estados de forma, y en este partido, en cuanto las cosas se empezaron a torcer, se vio la dificultad de algunos para seguir el ritmo tan exigente del Mundial y de una selección tan fuerte físicamente como la holandesa.

Tras una primera parte igualada, y con la primera ocasión clara para Holanda marrada por Sneijder, España se adelantó en el marcador de penalti, a mi juicio, inexistente, y todo se le ponía de cara. El fútbol de control que ha caracterizado a España en estos últimos años, y que le ha llevado a ganar todo, parecía suficiente para conseguir los tres puntos, pero el gol de Van Persie a un minuto del descanso, tras uno de los muchos despistes defensivos que hubo, cambió todo para la segunda parte.

Después del descanso Holanda fue un vendaval. El ritmo, la presión y sobre todo la velocidad con la que salían en sus contras fue imparable. Van Persie y Robben se divertían a sus anchas cada vez que cogían el balón. España en ningún momento estuvo presente. Faltos de fortaleza física y con despistes defensivos propios de principiantes, los goles iban cayendo del bando holandés, sin que ellos mismos se creyeran lo que estaba ocurriendo. España fue un juguete en manos de Holanda. La derrota es histórica y dolorosa, y pudo ser mucho peor.

Afortunadamente no hay tiempo para lamentaciones y el próximo partido llega pronto. El problema es que solo vale ganar y Chile, que  es un rival muy duro, tiene la ventaja de saber que el empate le sirve y dejaría a España prácticamente sin opciones. Pero si hay una selección que merece confianza y puede dar la vuelta a todo esto es España. La calidad de sus jugadores está fuera de toda duda, y aunque algunos no estén en su mejor momento, el amor propio y orgullo de cada uno de ellos puede ser suficiente para sacar este partido adelante.