Las atletas españolas siguen luchando por su solvencia salarial. Las representantes de las disciplinas de fútbol, baloncesto, balonmano y voleibol se han reunido para llevar a cabo una gran huelga a nivel nacional, con una fecha de inicio prevista para el 16 – 17 de noviembre.
La situación actual obliga a los presidentes de las instituciones – Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), Futbolistas ON y UGT a reunirse para tratar de llegar a un acuerdo económico. A pesar de los intentos de negociación aun no se ha logrado llegar a un punto de acuerdo entre instituciones y jugadoras. El paro, por tanto, comenzará el fin de semana del 16 y 17 de noviembre y únicamente afectará a los partidos de liga, quedando al margen entrenamientos, partidos de Champions y de la selección española.
En el fútbol, el presidente de la Asociación de clubes de fútbol femenino Rubén Alcaine ha declarado que los clubes son “los primeros en querer un convenio”, pero que debe ser, en principio, de “mínimos”. “Somos los primeros en querer un convenio, pero para que sea viable tiene que ser primero un convenio de mínimos, luego a partir de ahí se podrá construir”.
Desde el punto de vista económico, el fútbol femenino es quizás la disciplina que tendría más facilidad en llegar a un acuerdo que cumpla con el sueldo mínimo anual de 16.000€ que exigen sus practicantes. Esto es debido al gran auge del fútbol femenino a nivel mundial tomando como referencia la pasada cita mundialista de Francia 2018 y el buen coeficiente de juego que presenta la liga local española. Su asistencia a los grandes estadios también ha sido muy notable dentro de sus simpatizantes. Así, por ejemplo, el Atlético femenino logró un máximo de 60 739 espectadores durante su encuentro frente al FC Barcelona y el Athletic Club llegó a los 48 121 fanáticos en su compromiso Atlético femenino.
En cuanto al fútbol sala, solo se tiene un presente positivo, el cual se ubica en Galicia, donde tan solo un equipo tiene acuerdo económico mínimo con sus deportistas. El resto de clubes aún no han llegado a nada en concreto para solventar la situación y la presión dentro de este entorno aumenta cada vez más.
El baloncesto quiere volver a disfrutar de un pacto económico similar al que se estableció en el año 2007. Dicho pacto contemplaba un sueldo mínimo de 600 euros brutos, pero lamentablemente el acuerdo duró poco tiempo porque la asociación de jugadoras se disolvió. No obstante, Lucila Pascua, presidenta de la Asociación de jugadoras admite que sus condiciones son buenas: “Todas tenemos contrato y cotizamos a la Seguridad Social. Debemos valorarlo más”
Con respecto al balonmano, el núcleo duro de la selección española ha tenido que emigrar para conseguir un salario mínimo de 3.000 o 3.500 euros mensuales, frente a los aproximadamente 2000 euros que percibirían como máximo en la liga doméstica. Los cálculos actuales reflejan que el sueldo base actual es de 500 a 700 euros.
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