Han pasado once meses desde que llegó a España la pandemia de la covid-19, desde entonces, el deporte universitario sigue paralizado y a la espera de poder volver a la competición.
Aunque no ocupa las portadas de los principales periódicos deportivos, el deporte universitario también ha sufrido en sus propias carnes lo que significa la pandemia de la covid, y la paralización de las competiciones.
Muchos de esos deportistas, y entrenadores de los equipos universitarios, piden que se reanuden las competiciones, y que los estudiantes puedan volver a practicar aquello que tanto les gusta. Además, destacan que, dentro de las ligas interuniversitarias, hay mucho nivel, y que es un disfrute ver cómo se progresa en la actividad deportiva, llegando incluso a disputar competiciones universitarias a nivel nacional.
Es el caso de Víctor García, entrenador de fútbol sala en la Universidad Complutense de Madrid. Víctor es graduado en Educación Física, entrenador de las selecciones de fútbol y fútbol sala de la Universidad Complutense de Madrid, y entrenador de Tercera División de fútbol federado en el Brunete. Además, trabaja en un centro de educación especial, y lo primero que destaca es que “en el deporte universitario hay bastante nivel y la liga es muy competitiva y divertida”.
En su caso concreto, señala que “el amor por el fútbol es desde muy pequeño, vivía en un pueblo y jugaba en la calle desde pequeño. Ya en Madrid jugué al fútbol sala de primer nivel. Estuve jugando en grandes equipos y con muy buenos compañeros, hasta que decidí dejar de jugar porque pierdes la ilusión y motivación”.
Para Víctor, el paso del campo a los banquillos se dio de forma natural. “Cuando ya no tienes la motivación, es mejor buscar nuevos objetivos que te motiven. Estar entrenando es algo que sí que me motiva, tanto en la Complutense como en Tercera División, y también he estado en juvenil como entrenador”.
Pero a diferencia de los grandes clubes federados, la organización es mucho más modesta. “Tenemos una persona que se encarga de toda la logística: de poner horarios a los partidos, de darme el material que necesite, cualquier tema de coger pista para entrenamiento, se encarga de decirme todas las sanciones…Luego a nivel deportivo soy yo el que elige a todos los jugadores. Haces pruebas y los que consideres tú que pueden aportar para el equipo que entra. Al final este mundo es pequeño y conoces gente que juega en Segunda B y lo fichas indudablemente”.
En su caso, asegura que forma el equipo en base a aquellos jugadores que cree que más rendimiento pueden darle en el equipo. “El criterio es absolutamente mío, no me guío ni por amigos ni porque me caigan bien, busco lo mejor para el equipo”.
Además del nivel de competitividad y del no pagar por jugar, el mayor beneficio para los chicos y chicas es la obtención de créditos. “Al final puedes ir a un campeonato de nivel nacional, el año pasado nos quedamos a las puertas por culpa de la covid. Es eso, si ganas vas al campeonato de España donde tienes todo pagado, siendo una bonita experiencia para todos: jugadores y entrenadores. Hay casos en los que les coincide la universidad con horarios de entrenamiento y siempre suelen ser flexibles para que puedan compaginarlo con los estudios”.
Proyección más allá de la universidad
Muchos de los integrantes de estas plantillas universitarias tienen una gran proyección, pudiendo incluso llegar a dedicarse de manera profesional a sus deportes. “Yo por ejemplo tuve un jugador que se llama Cristian, que es exjugador de Inter Movistar, al final tienes jugadores con mucha capacidad. El año pasado llegamos a tener jugadores de Segunda División, Segunda B y Tercera, incluso un jugador que iba a selección juvenil madrileña, se llama ‘Miky’. Son chicos de nivel altísimo que en caso de coincidir siempre dan prioridad a su equipo, pero no tengo quejas al respecto, hay mucho compromiso”.
Víctor se deshace en halagos hacia sus jugadores, y se muestra satisfecho de poder entrenarles. “Tengo un equipazo, si me pongo a mencionar nombres tengo que decir todos, pero hay dos o tres que pueden estar muy arriba y el resto no bajan de Segunda B”.
Víctor también explica cómo se estructuran las competiciones entre universidades, y apunta que “dentro de las universidades hay otro tipo de ligas que son más abiertas y es fácil entrar, luego está la selección donde el entrenador elige los mejores y compites con todas las universidades de Madrid”.
Pero para el entrenador, la buena dinámica del curso pasado acabó de manera agridulce. “El año pasado fue espectacular para el equipo porque era el primer año para mí y para muchos jugadores, prácticamente un equipo nuevo. Estábamos a un partido de ir al Campeonato de España, solo perdimos dos partidos en toda la temporada. Hicimos un grupo espectacular, donde se consideran amigos todos y hay buen rollo, esas cosas son importantes para un buen funcionamiento de cualquier deporte en equipo. Nos quedamos con la miel en los labios, a un partido de campeonato de España y llegó la pandemia”.
Por parte de la universidad, el entrenador asegura que “a día de hoy no se sabe nada, es lógico que no se iniciase la competición porque solo existen clases online. Si están en clases online, ¿por qué va a empezar el fútbol? Se hablaba de que se pueda regresar en unas semanas, pero está en el aire”.
Aunque también apunta que “se ha visto que el fútbol ha empezado en categorías nacionales, y no ha habido casos de contagios ni nada, es decir podría empezar el fútbol perfectamente”.
Desde el punto de vista de los jugadores, también echan de menos el poder disfrutar practicando deporte en sus universidades, y esperan que se pueda volver a la competición cuanto antes. Por ejemplo, Miguel, estudiante de Musicología también en la Universidad Complutense, juega en la sección de voleibol de la UCM y en el equipo de la facultad de Bellas Artes.
“Está todo completamente paralizado desde marzo de 2020. De hecho, se canceló el campeonato universitario de España y apenas se pudo jugar la fase final autonómica”, asegura el estudiante.
En su caso, Miguel espera poder continuar en el club en el que juega ahora mismo en la liga autonómica de Madrid, “y cuando se pueda volver a las competiciones seguir en la selección universitaria”.
“Personalmente me gustaría poder seguir avanzando de categorías, y si es posible, competir a nivel nacional”, añade.
En su opinión, considera que todo lo que ha sucedido debido al coronavirus ha resultado decepcionante, ya que “el año pasamos hicimos muy buena temporada, quedando segundos de la liga y jugando una muy buena fase final, y esperábamos poder volver este año renovados para obtener mejores resultados todavía. También se ha notado mucho a nivel físico, con cierta pérdida de forma y técnica, pero por suerte, desde octubre todos podemos estar entrenando y compitiendo con nuestros respectivos clubes y recuperar lo que no hemos podido hacer”.
Con ganas de volver a competir
Al igual que Víctor, Miguel apunta que hay muchos rumores de una cierta vuelta a las competiciones interuniversitarias, aunque no hay nada claro y desde luego ninguna confirmación oficial, “pero todos los jugadores tenemos muchas ganas de poder volver a entrenar y competir en esta categoría”.
Una de las cualidades del deporte universitario que más valora Miguel es el alto nivel competitivo, y el poder participar en competiciones con otras universidades: “Tenemos la posibilidad de visitar otras universidades para representar a la nuestra y competir a un alto nivel por norma general, ya que al ser una liga de selecciones puede haber jugadores de distintos clubes y categorías. Siempre hay jugadores de Primera Nacional, o de equipos autonómicos de alto nivel, y algunos equipos tienen gente de Superliga 2 y, en ocasiones, de la máxima división nacional, la Superliga”.
Además, concluye que “el mayor privilegio es la oportunidad de ir al Campeonato Nacional de Universidades si se gana la liga o la fase final, donde los mejores equipos de cada comunidad compiten por ser el mejor del país. Se viaja a otra ciudad para competir y hay un ambiente y nivel inigualables. Además, al menos en mi universidad, hay un ambiente muy bueno en los entrenamientos, los equipos masculino y femenino nos llevamos muy bien, y los entrenamientos son muy productivos sin dejar de ser divertidos, lo que también es importante”.