Faina Zurita, licenciada en Periodismo junto con tres años de estudios en Economía y actual presidenta del Hipódromo de la Zarzuela, comenzó su carrera en el Instituto de Estudios Económicos (IEE), pasando más tarde a formar parte del Instituto de Crédito Oficial (ICO). En 2012, con el nombramiento de Ramón Aguirre Rodríguez como presidente de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), de quien depende Hipódromo de la Zarzuela, Zurita fue nombrada presidenta. Tras la inauguración del Museo Torroja nos ofrece su visión del Hipódromo a día de hoy.
Con aspecto juvenil, la presidenta nos recibe con un pequeño retraso en su amplio despacho tras esperar cómodamente en un sillón con su secretaria. A pesar de haber un extenso escritorio, nos sentamos en una pequeña mesa redonda al estar la primera repleta de documentos y revistas relacionadas con la hípica.
¿Qué ofrece el Hipódromo de la Zarzuela para el público?
El Hipódromo es un sitio muy peculiar, no hay ningún otro sitio en Madrid igual, y el gran valor añadido que tenemos es que ningún lugar de ocio ofrece carreras de caballos. Es un plan familiar, para cualquier persona de cualquier edad y barato para lo que es.
¿Qué diferencia aprecia entre las carreras diurnas y las nocturnas?
El ambiente es completamente distinto. Las carreras diurnas se corren en hierba, son deportivamente mejores y, por tanto, son un tipo de carreras que les gusta más a los expertos. Por otro lado, las carreras nocturnas, que se corren en arena, son para caballos de no tan alto nivel, pero el espectáculo visual es maravilloso, es decir, ofrecen un atractivo indudable.
Coincidiendo con el 75 aniversario del Hipódromo, ¿qué supone la inauguración del Museo Torroja?
Es la culminación de la obra de restauración del Hipódromo, que lleva desde el año 2003. Desde entonces se reservó un espacio con el objetivo de que fuera una sala de exposiciones, por lo que nos pusimos en contacto con la Fundación Eduardo Torroja, que es el ingeniero que diseñó las tribunas, y coincidimos perfectamente en los objetivos, ya que ellos tenían su legado y no tenían dónde exponerlo, por lo que se dieron cuenta de que no había un sitio mejor que la propia obra de Torroja. Estamos muy satisfechos porque ayuda también a interpretar el monumento, ya que hasta ahora lo explicábamos desde fuera y el tener el museo en el propio Hipódromo lo hace mucho más sencillo. Es además gratuito, aunque estamos organizando a un coste de 3 euros por persona unas visitas guiadas en otros momentos de la semana para aquellas personas que no pueden venir los domingos.
Según su perfil en la página web del Hipódromo, dice que desde el año 2012 lidera un proyecto apasionante con dos retos fundamentales. Primero el impulsar el Turf y darlo a conocer a un público cada vez más extenso. ¿Cómo va?
Hemos cambiado la política de comunicación y estamos ahora mucho más volcados en redes sociales y en modernizar y refrescar la imagen del Hipódromo, lo que está dando un mejor resultado. También estamos haciendo una oferta de ocio más global, ya que cuando yo llegué en el año 2012 sólo había carreras y entonces, el que no entendía, no repetía. En cambio, a lo que ahora viene mucha gente es a pasar un plan de domingo en el que están incluidas las carreras, pero que no son sólo las carreras. Con estos dos cambios ahora hay mucha más gente que sabe que el Hipódromo está abierto.
Casi todos los hipódromos viven gracias a lo que se recauda de apuestas fuera del mismo, complementando esa puesta externa con lo que se recauda en las taquillas del propio recinto. Por ejemplo, en las carreras de París de Longchamp lo que se recauda fuera del hipódromo en una misma carrera es algo más del 90%.
¿Y en cuanto al segundo reto, sacar la puesta externa?
En España y en el Hipódromo de la Zarzuela sólo tenemos la puesta interna, entonces el gran reto por el que estoy luchando es conseguir la puesta externa. Esto pasa por un cambio de regulación tanto autonómica como estatal y por una incompatibilidad lógica por parte del Hipódromo y mía para hacerlo, por lo que tengo que convencer a otros para que lo hagan. Ese es el gran reto que le devolvería la rentabilidad al Hipódromo.
Tras las reformas de las tribunas hace ya unos años y los jardines más abiertos al ocio, ¿en qué apartados se está centrando ahora mismo la reforma?
Estamos terminando la gran novedad de la temporada que es la pelouse, que era la última pieza del puzle visual de la restauración. De hecho, hasta ahora la parte que tenía más vida del Hipódromo estaba de espaldas a las carreras, pero con la recuperación de la pelouse podemos volcar el espectáculo y traer a la gente más cerca de la pista.
Existen muchos Hipódromos como el de Ascot y Longchamp que tienen su propio estilo, ¿cómo definiría el estilo del Hipódromo de la Zarzuela?
Tiene un estilo completamente distinto, es uno de los más bonitos del mundo y relativamente pequeño, que es lo que llama primero la atención a la gente. Es un hipódromo muy manejable y tiene una arquitectura espléndida y un diseño maravilloso, y está muy cerca de Madrid, a diferencia de la mayoría que están a las afueras, con un skyline envidiable. En conjunto es uno de los más completos del mundo.
Para finalizar, ¿qué nos espera el año que viene en cuanto al turf, las carreras de caballos?
Tenemos una temporada muy ilusionante, con un nivel de premios que hemos ido subiendo desde el año 2012 y que ya es lo suficientemente atractivo como para que vengan caballos buenos a correr. Esto ha puesto al turf español en el mapa y ahora sí vienen entrenadores, jockeys y propietarios importantes que nos tienen en cuenta en el circuito mundial. Las carreras por tanto van a ser muy interesantes y el Hipódromo va a estar completado y a pleno rendimiento.
Carlos Polo Rosario
