El evitar conflictos constantemente e intentar mantenernos ajenos a nuestros propios sentimientos, puede ocasionar un distanciamiento considerable entre el lugar en el cual nos encontramos y el lugar en el que queremos estar.
Según Montse Martínez, master en psicología, la pereza emocional se puede definir como un: “Estado emocional en el que huimos del conflicto y no nos sentimos cómodos hablando de nuestros sentimientos. La pereza emocional nos conduce a dejar de ser nosotros mismos y a sacrificar nuestros sueños y deseos”.
Una manera de trabajar con los desafíos psicológicos que comúnmente enfrentamos es ser proactivo. Para los individuos emocionalmente perezosos, es un camino difícil de transitar: “Ser proactivo implica asumir responsabilidades y decidir qué es lo que queremos hacer. Un perezoso emocional prefiere no correr el riesgo de equivocarse y de sentir dolor. Así nunca habrá culpa. Por eso se convierte en una persona pasiva que prefiere que los demás decidan por él y asuman la responsabilidad”, indica Martínez.
Para vencer la pereza emocional es recomendable:
– Desarrollar nuestra Inteligencia Emocional. Poner nombre a lo que sentimos y entender el porqué, es el primer paso del autoconocimiento y de la gestión emocional.
– Entrenar a diario. Empezar a hablar de nuestros sentimientos en relación con aspectos poco transcendentes y con las personas de mayor confianza. Ya que poco a poco iremos aumentando la profundidad de los temas. De esta forma asociaremos el hablar de nuestras emociones como algo positivo y agradable.
– Permitirnos escuchar nuestros deseos y buscar motivaciones que nos den fuerza para luchar por ellos.
– Empezar a decir «no», primero con pequeñas cosas, hasta que podamos coger confianza.
En la sociedad actual, surgen constantemente nuevos problemas psicológicos, el estilo de vida, los horarios de trabajo, el individualismo y la falta de contacto entre comunidades se suelen señalar como factores influyente. Montse agrega: “La sociedad actual nos llena de creencias que no siempre coinciden con nuestro verdadero yo. Las tendencias han llegado también a la opinión y a los comportamientos. Cuando no está de moda lo que sientes y lo que piensas, surge la inseguridad y el conflicto interno. Cabe preguntarse entonces, ¿Soy lo que realmente quiero ser, o lo que se supone que debo ser? La sociedad actual favorece el desequilibro de las emociones motoras y una de las más afectadas es la Pereza emocional. El conocimiento de nuestras emociones será la mejor herramienta para no perder lo más valioso que tiene el ser humano: él mismo”.
Bárbara Sánchez Astudillo