Agosto, playa, mar, 40 grados, chiringuito… y mucho, demasiado sol. Aunque cada vez hay más conciencia sobre lo importante que es resguardarse del sol, aplicarse protección solar y beber agua en abundancia; la gran mayoría desconoce que el efecto acumulativo de los rayos solares sobre la piel, está íntimamente relacionado con la proliferación de melanoma, el cáncer de piel más severo y el que más ha aumentado en los últimos años.
Si bien no todas las personas que se exponen de forma temeraria al sol acaban teniendo un melanoma, no se debe olvidar que el sol es el principal causante del envejecimiento prematuro de la piel. Esto se traduce en la pérdida de luminosidad de la epidermis, falta de hidratación, tono desigual en distintas áreas del cuerpo, brotes de acné y piel cetrina, que es el tono verdoso o amarillento que adquiere la piel cuando el bronceado desaparece.
Debido a la poca concienciación que la población joven tiene acerca de este asunto, el mayor incremento que ha sufrido este tipo de cáncer incide directamente sobre este sector de la población, de entre 25 y 29 años, donde se diagnostica un 7% más de casos cada año, según los últimos datos facilitados por la Academia Española de Dermatología.
Aunque nos creamos fuera de peligro cuando optamos por pasar un rato a la sombra, gracias a las investigaciones de un grupo internacional de científicos sobre los efectos de la radiación ultravioleta (luz solar o cabinas de bronceado), ahora sabemos que el daño genético en nuestro ADN de los radicales libres que se desprenden de estas radiaciones UVA, continúa durante horas después de haber estado expuesto, incluso en la más absoluta oscuridad.
Por suerte, no todos los efectos de la luz solar son negativos. Además de ser un antidepresivo natural ya que estimula la segregación de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”; ayuda a la mineralización de los huesos y de los dientes mediante la síntesis de la vitamina D y reduce la presión sanguínea fortaleciendo así el sistema inmune.
La protección adecuada a la hora de tomar el sol, evitando las horas de mayor intensidad ultravioleta que suelen acaecer entre las 12:00 am y las 16:00 pm, hará que nuestro cuerpo nos lo agradezca toda la vida y como no, el bronceado resultante nos hará sentirnos más atractivos elevando nuestra autoestima.
Javier Gutiérrez Sánchez