La comedia que triunfa en cines representada por Karra Elejalde y Enric Auquer
Paula Herrero
El pasado viernes 16 de septiembre se estrenó en cartelera la película La vida padre dirigida por Joaquín Mazón y escrita por Joaquín Oristrell. Una comedia donde la gastronomía es uno de los protagonistas de la mano de Mikel (Enric Auquer) un joven chef que experimenta la nueva moda de fusión entre lo tradicional y lo moderno de las altas cocina. En un momento crítico para su restaurante, apunto de conseguir su tercera estrella michelline, aparece el otro protagonista Juan (Karra Elejalde) su padre,antiguo cocinero del restaurante que ahora regenta su hijo. Juan, quién desapreció hace treinta años y regresa poniendo aprueba todas las ideas del joven sobre la cocina y la vida.
Aparte de estos tres protagonistas hay un cuarto como contrapunto a las experiencias que viven el padre y el hijo y es Nagore (Megan Montaner) quien mantendrá un interés amoroso con Mikel.
El joven protagonista y su padre van a tener que remontar su relación entre conflictos emocionales y profesionales para entenderse entre fogones y en su día a día. Estos conflictos se deben a que Juan durante todo este tiempo ha vivido como vagabundo y ahora sufre un síndrome que le ha provocado una amnesia la cual le ha dejado viviendo en los años 90. Por eso la relación que establecen padre e hijo es más de colegas que de familia puesto que Mikel va a tener que entender qué es lo que le pasa a su padre y cómo va a convivir con ello.
El género por excelencia del director de La vida padre es la comedia, este se puede ver en otras filme como De perdidos al río o la serie de televisión Con el culo al aire ,entre otros. Cada una de sus producciones tiene una temática diferente, pero en este caso lo que ha querido mostrar Mazón junto al guionista Oistrell es volver a jugar con la gastronomía como hizo este último en la película Dieta Mediterránea ofreciendo ese contrapunto entre la cocina tradicional y la cocina de vanguardia, algo que esta muy de moda hoy en día en cada uno de los restaurantes con estrellas michelline. Así pues se puede ver como entre los actores se crea una rivalidad culinaria vasco-catalana mezclando el marmitako tradicional de Euskadi con la estética vanguardista de Dalí, por los origines de cada uno de ellos.
También lo que deja plasmado esta película son las segundas oportunidades en las relaciones paternofiliales puesto que muchos jóvenes en su juventud crean momentos de distanciamiento con su progenitor que muchas veces no llegan a restaurarse como le pasó a Mazón y por eso ha querido dejarlo plasmado en esta película.