El tenista español venció al francés (6-3, 6-1) en poco más de una hora. Un partido marcado por el don del espectáculo de Gäel Monfils, que acabó abandonando el estadio Manolo Santana ovacionado por todos los allí presentes. La desigualdad en el juego y el apoyo incondicional del público por el jugador local, fueron claves para que el francés tirara la toalla y diera por buena la derrota de antemano.
Rafa Nadal se estrenó en el Mutua Madrid Open con una abultada victoria ante el número 41 del mundo. La superioridad del manacorí no hizo mella en Monfils, que tenía como objetivo principal hacer disfrutar al público allí presente. Todo un «showman». Antes de dar comienzo al segundo set, saltó a la pista y se dirigió donde se encontraba su equipo. Consciente de que no puede comunicarse con ellos y con el toque de atención del juez de silla Mohamed Layani, decidió ponerse a charlar con los espectadores más cercanos hasta que salió Rafa Nadal. La controversia del francés es más que conocida para los aficionados al tenis.
Se divierte haciendo disfrutar a los demás. Haciendo malabares con la pelota en los pies. Incluso, si el público le pita por reclamar que una pelota de su rival había salido, saca su mejor sonrisa y pide a los asistentes más y más. Momentos como estos consiguen que el estadio lo aplauda y disfrute cuando está en la pista. Si él era feliz, Nadal todavía más. El español acababa de adjudicarse la primera manga. Un primer set que empezó dominando, rompiendo los dos primeros saques de Monfils.
En los tres primeros juegos el deuce fue el protagonista y Nadal también, claro. Se mascaba la igualdad en los puntos, pero no en los juegos. El francés lograría romper el 3-0 con una dejada, su especialidad. Pero la superioridad del número 1 en cada uno de los golpes le valió para ganar la primera manga en 41 minutos de juego. El segundo set no se vio una mejora de Gäel Monfils, de hecho jugaba desganado y sin ganas de correr. Estaba fuera del partido, lo daba ya por perdido. Para ganar al rey de la tierra batida tenía que «sudar la gota gorda», y no estaba dispuesto a ello. Nadal ya le ha ganado en 14 ocasiones. Para ver como la balanza bajaba hacía el otro lado de la pista tendríamos que remontarnos al 2009 y 2012, ambos en el torneo de Doha, en Qatar.
Tal era la indiferencia del número 41 del mundo por plantar cara al rival, que tan sólo consiguió ganar un juego con su saque poniendo el marcador en 6-3, 2-1. De aquí en adelante, Nadal ganaría todos los juegos demostrando que es claro candidato a volver a levantar el trofeo en Madrid. Sin Dimitrov ni Djokovic en la lucha por el título, el camino puede ser más factible para que lo logre. Su próximo rival será el argentino Diego Schwartzman, que derrotó al español Feliciano López en tres sets.
Mireia Alfonso – @13mireee