El partido de Pablo Iglesias decide asegurarse los votos y ofrece una faceta templada y con discursos poco arriesgados.
Desde hace tiempo, el “el partido del cambio” está siendo el foco de muchas críticas que aseguran un viraje hacia el centro muy evidente. Monedero, que llegó a ser secretario de proceso constituyente y programa de Podemos, al parecer también notó en su momento este cambio de tendencia, ya que aseguró antes de abandonar: “desde que nace Podemos tiene dos almas: el lugar de donde viene; la indignación, la irreverencia frente a lo existente; y el nacimiento del partido político, que lo sitúa en el ámbito institucional. El riesgo de que seas rehén de esas exigencias de la representación es muy alto”.
Los expertos en la materia aseguran que unas elecciones se ganan desde el centro y Podemos podría estar mostrando su registro más moderado como mera estrategia electoral a falta de dos semanas para conocer los resultados.
Pablo Echenique, líder de Podemos en Aragón, ha desmentido que el centrismo se esté apoderando de su partido y lo explica como una búsqueda por concretar líneas: “no ha hecho ningún viraje hacia el centro, si no que hemos concretado nuestras líneas.Se podría llamar cambio programático. Tenemos que tener un programa que responda a las preocupaciones de la gente. Ha sido eso lo que nos ha hecho concretar. Virar no, pero sí concretar”.
Sin embargo, debido a lo muy acostumbrados que nos tiene Podemos a su radicalismo, a sus ganas de comerse el mundo, de diferenciarse del resto de partidos, hace que se note aún más cualquier mínimo cambio en su imagen o estrategia. Y a día de hoy les traiciona la propia naturalidad huracanada a la que nos tenían acostumbrados, ahora se hace evidente que se han vuelto templados, tranquilos, e inofensivos.
Cristina Khamidoulin