Ni un solo gol de córner había recibido el Atlético de Madrid en toda la temporada, y cuando solo quedaban 2 minutos para alcanzar la gloria y conseguir la primera Champions de su historia, Sergio Ramos, el goleador salvador del Real Madrid en las ultimas jornadas, batió a Courtois cuando ya casi nadie lo esperaba.

Fue un partido intenso, como se espera de una final de estas características, sin mucho fútbol, los dos equipos llegaban muy mermados físicamente a la final, y con emoción. Ambos se conocen demasiado, y hubo mucho respeto.

Las dos alineaciones se presentaron con sorpresas. Por un lado Khedira, que ha estado prácticamente lesionado todo el año y ante la baja de Xabi Alonso, ha pasado de estar en la grada a jugar de inicio el partido más importante de toda la temporada. Veremos cómo reacciona Illarramendi, al que se le ficho para sustituir a Xabi Alonso, y en el momento cumbre se queda sin jugar. No ha tenido grandes actuaciones, pero es un jugador que a pesar de su juventud viene hacer de una gran temporada en la Real Sociedad, con la que se clasificó para la Liga de Campeones, y de ser Campeón de Europa sub-21, donde fue el mejor jugador en su puesto del Europeo.

Y en el otro lado, Diego Costa, que se lesionó hace una semana en Barcelona, y que parecía imposible que pudiera jugar una semana después. Efectivamente solo duró unos minutos en el campo, y el Atlético sacrificó un cambio que seguramente después lo echó en falta.

El encuentro se desarrollo como se esperaba. El Real Madrid con un poco más de iniciativa que un Atlético que sabía que sin Diego Costa y Arda Turán, iba a tener que dejar todo su poder ofensivo en las jugadas a balón parado. Pero tienen tanta fe en lo que hacen, que a falta de 9 minutos para acabar la primera parte, el héroe de la semana pasada en Barcelona, Godín, conseguía adelantar a los colchoneros en el marcador.

La segunda parte estaba donde el Atlético quería, pero el Real Madrid tenía buenas opciones en el banquillo para intentar cambiar el rumbo del partido. De una tacada salieron Marcelo e Isco por Coentrado y Khedira, y le dieron otro ritmo. Al Atlético les costaba mucho salir de su campo, el balón les duraba poco y dejaban todas sus esperanzas en no encajar un gol.

La desesperación estaba llegando a los jugadores y aficionados del Real Madrid, cuando el árbitro decidió conceder 5 minutos de descuento. Pasados 3, y ante el acoso del Real Madrid, nuevo córner a su favor. Una jugada en la que nadie había conseguido sacar nada contra el Atlético en toda la temporada y en la que parecía imposible marcarles un gol. Pero ahí salió Sergio Ramos, que se elevó por encima de todos y selló con un gol de cabeza su nombre en la leyenda del madridismo, para empatar el encuentro.

Ya en la prorroga el partido solo tuvo un color. El gol en contra a falta de 2 minutos, unido a que los jugadores colchoneros llegaron exhaustos al final del partido, dejaron rotos física y psicológicamente a los jugadores del Atlético. Su única esperanza era resistir hasta los penaltis.

Y lo hicieron con uñas y dientes, aguantando la primera parte de la prorroga, hasta que en el minuto 5 de la segunda, una jugada individual de Di María, elegido mejor jugador del partido, dejaba el balón en bandeja a Bale después de una gran parada de Courtois, para que inclinara la final a favor del Real Madrid. A partir de ahí todo fue coser y cantar para los jugadores y aficionados del Real Madrid. La ansiada “decima” ya estaba en sus manos.