Desde que Felipe II estableció la capital en Madrid, hubo mujeres ancianas y niñas que se dedicaron a lavar la ropa de los que podían pagar el servicio. Casi todas se instalaban a primerísima hora de la mañana a lo largo del Manzanares, en los lavaderos que había entre el puente de Segovia y el de Toledo. Trabajaban catorce horas diarias arrodilladas a la intemperie, hiciera calor o nevara, sin seguridad, sin higiene, por un salario miserable.
En esta edición, ellas son las protagonistas del programa, junto con otras historias de Madrid que nos traen Esther Sánchez, David Botello y los colaboradores habituales de «Esto Es Otra Historia».