Ser el primero siempre es complicado. No hay registro de la experiencia, tampoco reacción que seguir, mucho menos manual que revisar. Más aún en el fútbol, que se reescribe constantemente. Más aún en el fútbol peruano, que sobrevive gracias a un pasado glorioso pero fugaz. En ese contexto, ser el primero que le regale verdaderos motivos a un país necesitado de triunfos, es complicado.
Una nueva temporada está próxima a iniciar en la máxima división del alicaído balompié peruano, y llama la atención la ausencia de uno de los equipos que supo ganarse a pulso la etiqueta de protagonista, y que este año jugará en la Segunda División, luego de un lamentable 2015 en el que una ‘maldición’ terminó por hundirlo.
Cienciano, club de la provincia del Cusco, Perú, llegó al 2001, año de su centenario, con las vitrinas vacías. Pero ya para el 2003 había logrado convertirse en el equipo emblema del país ‘incaico’. Incluso por encima de los capitalinos e históricos Alianza Lima, Universitario o Sporting Cristal. Incluso, y por un breve tiempo, por encima de la misma selección absoluta.
Sin individualidades que lucir para ese momento, se proclamó campeón de la Copa Sudamericana 2003 y Recopa 2004, tras vencer a los históricos conjuntos argentinos River Plate y Boca Juniors, respectivamente. Un verdadero equipo en toda la extensión y acepción de la palabra. Campañas que aún se celebran.
El ascenso del club fue tan rápido y tan alto, como impactante fue la caída. Tanto a nivel institucional, como a nivel personal. Con la lamentable partida del principal gestor de aquellas grandes campañas sudamericanas, Freddy Ternero.
¿Qué ocurrió con el único equipo peruano que le dio al Perú títulos internacionales y con los protagonistas de aquellas conquistas?
César Ccahuantico. El único jugador natural de la provincia de Cusco de aquel plantel del Cienciano. Volante de marca que tocó la gloria en el 2003, tuvo un fugaz paso por la selección peruana, pero en el 2008 fue condenado a siete años de prisión tras ser vinculado con un grupo de delincuentes que asaltó a la propia institución cusqueña. Salió libre en el 2014.
Julio García. Apodado ‘El Pincel’. El clásico jugador de pierna izquierda que acercaba y le recordaba al aguerrido Cienciano lo elegante del fútbol peruano. En el 2013, y aún vigente en el balompié, sufrió un accidente vehicular que lo dejó en silla de ruedas hasta la fecha.
Juan Carlos Bazalar. Fue uno de los referentes de ese plantel. Con experiencia en selección y los grandes de Perú como Alianza Lima y Universitario, el volante fue el eje central de aquel Cienciano. El infortunio también tocó su puerta: fue diagnosticado con cáncer al estómago. Enfermedad que logró vencer, desde luego, con mucho sacrificio, pero que le valió “volver a nacer”, como lo ha dicho muchas veces.
Freddy Ternero. El primer y único técnico que ganó títulos internacionales a nivel de clubes del fútbol peruano. A los 53 años, el quien también tomara las riendas de la selección ‘Inca’ en el 2005, falleció víctima de cáncer al riñón en setiembre de 2015.
Segunda División. Tras una mala temporada en lo deportivo y lamentable en lo dirigencial, el equipo perdió la categoría debido al incumplimiento de pago de la institución a sus jugadores. Al cuadro se le restaron puntos y cerró así un año 2015 para el olvido.
Aunque sean esas circunstancias que vivió el año pasado las que no deba olvidar, precisamente para no repetir la historia. Como tampoco no debe olvidar su etapa de máxima consagración, porque luego de casi 12 años de esos títulos internacionales, Cienciano aún es el único equipo que pudo revivir la mejor etapa de un fútbol necesitado de triunfos.
Luis Miranda (@mirandavluis)