El Vaticano está haciendo historia, pues se ha inaugurado la primera cumbre sobre abusos sexuales del clero. En septiembre del año pasado el papa Francisco anunció que se celebraría esta cumbre para poder enfrentar uno de los temas más tabú con los que se asocia la iglesia: la pederastia. Aproximadamente 200 líderes de iglesias de todo el mundo se han reunido para poder abordar esta crisis.
Previo al inicio de la cumbre, el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, declaró: “Debemos mirar a este monstruo a la cara sin temor si realmente queremos conquistarlo”. En un esfuerzo para optimizar los cuatro días que estarán reunidos se le han planteado las siguientes actividades en el programa: dos discursos de Francisco, conversaciones sobre mejores prácticas, discusiones entre pequeños grupos de obispos y una ceremonia penitencial que involucra a sobrevivientes de abusos.
La iglesia enfrenta una de las crisis más devastadoras con respecto a los abusos sexuales. En año pasado, la Congregación para Doctrina de la Fe (CDF), que tiene como propósito custodiar la correcta doctrina de la institución pontificia, confirmó que se han duplicado las denuncias.
Debido a estas cifras escandalosas el sumo pontífice ha declarado que el objetivo de la cumbre es dar un espacio para que los sobrevivientes del abuso puedan compartir sus experiencias y lograr llegar a una solución para prevenir que cualquier suceso de esta índole pueda volver a ocurrir. Además, se les enseñará a los obispos los procedimientos de la iglesia para tratar con el clero abusivo.
En países de Latino América ya se ha comenzado a divulgar guías que incluye desde cómo deben comportarse los representantes de la iglesia y cómo deben actuar, según protocolo, para ayudar a las víctimas a denunciar a sus agresores.
El cardenal y arzobispo de Boston, Sean O’Malley, a pesar de ser uno de los representantes de la iglesia que más ha luchado en contra de los actos pederastas que ocurren en el contexto religioso, no ha sido invitado a la cumbre. O’Malley, presidente de la comisión para la tutela de menores, fue uno de los primeros en sugerir que el Vaticano organizase esta cumbre.
O’Malley compartió su impresión sobre la cumbre al periódico El País: “Confío en que sea una oportunidad para el Santo Padre y los obispos de todos los países de dar prioridad a la protección de los menores. Las conferencias de todo el mundo necesitan tomar esa responsabilidad. También espero que se den pasos muy concretos para asegurar que la transparencia, la tolerancia cero, la rendición de cuentas, el cuidado de las víctimas, la protección de los menores, entrenamiento, controles… para hacer de la Iglesia un lugar más seguro para los niños”.
Estefanía Gordillo Gómez