El Celta de Vigo y el CD Leganés abrían la jornada 16 de la Liga Santander con un encuentro marcado por la lluvia y por las múltiples ocasiones para ambos conjuntos. Las buenas acciones de Rubén y Cuellar en las porterías privaron a ambos equipos de un mayor botín.
El esquema del partido estaba claro antes de que empezara a rodar el balón: el Celta al ataque y el Leganés replegado en busca de contraataques o jugadas aisladas aprovechando su poderío a balón parado. Pues dicho y hecho. El Leganés estuvo más cerca de llevarse la victoria, pero el que más lo intentó fue sin duda el Celta. De no haber sido por la falta de definición de En Nesyri y por el acierto de Rubén, estás líneas hablarían de injusticia futbolística hacia los vigueses.
Los locales monopolizaron el juego, jugaron en campo rival, por fuera, por dentro e incomodaron el arco de Cuellar, pero la suerte fue esquiva con ellos y Maxi Gómez se topó con el palo en la primera ocasión que dispuso.
Brais volvió a ser el timonel de este Celta de Vigo desde la zona de creación. Su gran cómplice en la ofensiva gallega fue Hugo Mallo, que se convirtió en un puñal por la banda derecha y desesperó a Silva. Junto a ellos, también se erigió la figura de Araujo, que frenó casi la mayoría de los ataques pepineros. Aun así, no fueron lo suficientemente buenos para evitar que los de Pellegrino sumen su sexto encuentro si perder. Su mejor racha en la Liga Santander.
Sin duda, cabe destacar lo bien que le ha sentado el cambio de entrenador al Celta de Vigo. La llegada de Cardoso ha traído de vuelta a Balaídos un juego vistoso que todo amante del fútbol debe poner en valor. El Celta vuelve a recordar a aquellas temporadas no muy lejanas en las que deslumbró a España y Europa. Muestra de ello fue el 80% de posesión, los 15 remates a puerta y los 140 pases completados ante el Leganés.
A pesar de las condiciones meteorológicas adversas y el hastío que ello genera, la afición celeste agradeció la insistencia del Celta, y es que los locales no perdieron en ningún momento la cara al partido. Por ello, y a falta de cuatro minutos para el final, a punto estuvo de llegar el premio al esfuerzo con una jugada embarullada en el área que terminó con Brais Méndez mandando el esférico a la cruceta. Le faltó suerte al Celta, además de encontrarse con una férrea solidez defensiva del Leganés. Finalmente, empate a cero y un punto que ayuda a ambos a seguir buscando sus objetivos: uno ya mira Europa y el otro se aleja del descenso.
Jorge Morales/ Jesús Troyano/ Daniel Longás