Ricardinho, el jugador del Inter Movistar, y la estrella de la selección portuguesa de fútbol sala, ha demostrado, una vez más, que su calidad y su entrega no se limitan al territorio madrileño. El jugador que siempre viste la camiseta con un 10 en la espalda ha sido la clave de los lusos en su primer partido en el Campeonato europeo de fútbol sala. 

La selección portuguesa ha empezado de la mejor manera su prestación en esta competición tras golear a Eslovenia por 6-2, con un hat-trick del atleta del Inter Movistar. Es verdad que un jugador no es un equipo, pero cuando Ricardinho no está en el campo, se hace notar su ausencia. El “Mágico” ha metido goles, ha defendido, ha organizado el juego, ha luchado, y ha sido, como suele ser siempre, la voz del comando de la formación de las “quinas”, sobrando algún tiempo para sus toques de magia. Y precisamente, su gol número 100 ha llegado con nota artística, de talón e hizo sonar las voces de los portugueses en Serbia. Hay malos jugadores, buenos jugadores, muy buenos jugadores, pero este…este, es predestinado. El líder, el motor del equipo, anota ahora 102 goles al servicio de la selección portuguesa y, de esta manera, se posiciona en segundo lugar en la lucha por la Bota de Oro. Cardinal, el pívot portugués y compañero de equipo de Ricardinho en el Inter Movistar, ha visto el partido desde la grada, una vez que tiene que cumplir dos partidos de castigo y solo puede volver al activo en los cuartos de final a disputar el 8 de febrero.

Con este resultado que han logrado los portugueses sobre los eslovenos, un empate mañana ante la selección anfitriona, Serbia, es suficiente para que los lusos garanticen el primer lugar del grupo A.

Maria Serrano