El piloto asturiano estuvo presente en el Gran Premio de F1 de Bahrein en el circuito de Sakir, primero como piloto de test de McLaren y luego como aficionado al motor.
Se nos hace extraño ver una parrilla de Fórmula 1 sin Fernando Alonso, ni en Minardi, ni en Renault, ni en McLaren ni en Ferrari, mires donde mires no está el bicampeón español. El piloto que enganchó a todo un país a un deporte que nos hacía madrugar todos los años para verlo luchar por la victoria nos ha convencido de que lo importante ya no es la Formula 1, es todo lo demás.
El año no ha podido comenzar mejor para Alonso. Victorias en Sebring y en Daytona, que unidas a la del año pasado en las 24 horas de Le Mans han hecho que en menos de doce meses el piloto asturiano se haya convertido en toda una leyenda del Mundial de Resistencia.
Pero esta semana nuestro campeón ha dado un paso más allá, se ha propuesto un nuevo desafío: el Dakar. A pesar de que Toyota afirma que no es una opción real y que tan solo lo ha hecho para desconectar, el asturiano ha estado dos semanas en Sudáfrica tomando contacto con el coche, que es el vigente campeón de la prueba.
Alonso afirmaba en el padock de Barhein que para ser noveno o décimo no le compensaba estar en la Formula 1. El campeón está aquí para ganar y su Mundial empieza ahora. Esta semana comienzan los test pre-Le Mans y el día nueve de abril la preparación para las 500 Millas, el gran objetivo de este año. El óvalo y el motor Chevrolet, el segundo intento para hacerse con la Indy 500 y a su vez con la triple corona del motor.
Mucho motor y mucho Alonso nos espera este año, a pesar de no estar en la parrilla de la Formula 1, lo veremos en Le Mans, en Spa, en la Indy 500 … y a pesar de lo que se dice desde la marca nipona, todos lo esperamos también en el Dakar. Porque Alonso no se entiende sin el motor y el motor no se entiende sin Alonso.
Texto:
Itzel Luna
Nubia Sandoval
Foto:
EFE