Mahmud Traoré saltó la valla de Ceuta. Tardó tres años desde que partiera de su Senegal natal para emprender una nueva vida. Esta travesía fue plasmada en su libro Partir para contar. Este carpintero, residente en Sevilla, protagoniza el documental Samba, un nombre borrado, en el que indaga en la figura de Samba Martine, un ser humano fallecido en el CIE de Aluche, al que ingresó para ser expulsado del país después de saltar la valla de Melilla. El visionado del documental y su posterior coloquio fue celebrado en el auditorio A de la Universidad Europea de Madrid con motivo de la XXIV Semana de la Comunicación. La profesora Carolina Meloni, moderó la actividad junto a Mahmud y Agustín, uno de los creadores de la producción.
Samba, un nombre borrado, es una denuncia del racismo institucional al que están sometidos los que intentan comenzar una nueva vida fuera de sus países de origen. El caso de Samba Martine es uno más de los miles de personas fallecidas, o “asesinadas” como recalca Mahmud. ¿Por qué él y no? Porque Samba y Mahmud compartían raíces, ambos eran de la misma región de Senegal. Durante el documental, vemos a Mahmud viajar, y volver a realizar el trayecto a la inversa que él hizo cuando marchó, para contactar con la familia de Samba. Allí conoce al padre, quien culpa de por vida al gobierno español. Pero también la madre o los habitantes del pueblo.
Durante el turno de preguntas, se profundizó en cuestiones político-económicas como los intereses económicos que se esconden detrás de todo esto, de negocios como el negocio con la trata de reportación de seres humanos por parte del gobierno marroquí o del valor de las fronteras en sus diversas formas: étnicas, regional y colonial. Uno de los puntos que más atención causó entre los estudiantes fue el de los enterramientos en nichos con placas vacías, sin los nombres de las personas fallecidas. Algo que, en palabras de los asistentes, contribuye a fomentar la impunidad de quienes cometen crímenes contra los derechos humanos. El documental tiene ese objetivo, dar voz a los que no la tienen: los sin nombre.
Miguel Val Lacasta
Foto: Marina Alcázar