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Un país, un sistema. El Gobierno chino no consigue impedir que las calles de Hong Kong se inunden otra vez de paraguas.
China vuelve a los titulares desde el pasado 13 de octubre, cuando los manifestantes prodemocracia y los contrarios a éstos, se enfrentaron en los alrededores de la sede del Gobierno local. Pero ya no sólo demandan una democracia real en los comicios para las elecciones locales de 2017, si no que también reclaman la vuelta a las negociaciones que se suspendieron el jueves de la semana pasada.
Debemos diferenciar entre la imagen que se nos está dando del Gobierno chino y la imagen de la ciudad de Hong Kong. A cada minuto que pasa, la imagen del Gobierno chino se debilita mientras que la imagen de los manifestantes es considerada cada vez más “heroica”. Al contrario que las revoluciones que la preceden como la “Primavera Árabe”, la “revolución de los paraguas” es totalmente pacífica y de ello se encargan los manifestantes.
Durante esa última noche, se ha producido el tercer enfrentamiento entre la policía y los manifestantes. Contra todos los pronósticos, la antigua colonia británica no está dispuesta a rendirse. Sin embrago, el Gobierno chino ha reiterado que no cederá ante las protestas: “los manifestantes tienen una probabilidad casi cero de lograr un cambio en la postura de China. Estas protestas callejeras están fuera de control y no continuaran mucho más ya que están destinadas al fracaso”, afirmó Leung Chun-ying, jefe del ejecutivo local, el cual está muy ligado al ejecutivo nacional, presidido por Xi JinPing.
Algunos testimonios de los ciudadanos resumen lo siguiente: “No tememos al Gobierno chino. Estamos aquí para luchar por una democracia justa”, aunque esto no parece impresionar a las autoridades chinas. Esta revolución generacional, que empezó por una simple huelga estudiantil, está alcanzando una dimensión internacional que ni los propios organizadores de las protestas esperaban al comienzo de éstas.
A pesar de haberse hablado del principio de “un país, dos sistemas” como algo totalmente viable, existen fracturas sociales frente a esta posición. Hong Kong es la corona para el Gobierno comunista: un territorio sobre el cual no puede permitirse perder influencia. El miedo al control occidental de esta ciudad, hace que el Gobierno chino achaque las recientes movilizaciones a la “mano negra” americana.
El actual jefe del ejecutivo, Leung Chun-ying, se encuentra inmerso en un supuesto caso de corrupción, lo que aumenta el gran desencanto político que sufre la sociedad. Por este motivo, los hongkoneses claman su dimisión inmediata y la capacidad de elegir a su propio representante libremente en las próximas elecciones.
Links
The Guardian, (2014). Hong Kong protests remove barricades and gather at main site. [online] Disponible en:https://www.theguardian.com/world/2014/oct/13/hong-kong-police-remove-barricades-and-gather-at-protest-site [Consultado 14 Oct. 2014].
Reutters, (2014). China won’t cede to HK protests, army used only as last resort-sources. [online] Disponible en:https://www.reuters.com/article/2014/10/14/us-hongkong-china-beijing-idUSKCN0I315G20141014 [Consultado 14 Oct. 2014].
AlJazeera, (2014). Hong Kong police clear protest sites. [online] Disponible en: https://www.aljazeera.com/news/asia-pacific/2014/10/hong-kong-police-clear-protest-sites-2014101425712416520.html [Consultado 14 Oct. 2014].
Informador.fx, (2014). Hong Kong advierte que protestas tienen nula posibilidad de un cambio. [online] Disponible en:https://www.informador.com.mx/internacional/2014/553555/6/hong-kong-advierte-que-protestas-tienen-nula-posibilidad-de-un-cambio.htm [Consultado 14 Oct. 2014].
Alberto Carmona
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