Este tercer capítulo sobre el Sistema de Evaluación AED pone el foco en la mejora continua. En cualquier proceso de cambio es importante analizar y medir los resultados para tener una idea del grado de éxito de la experiencia. Desde el punto de vista de la mejora continua, aplicable a cualquier campo, el proceso de análisis y reflexión final nos permite recoger todo aquello que ha funcionado bien y lo que no ha ido tan bien y reformular la práctica modificando y mejorando el sistema.
Para facilitar cumplir estos objetivos en esta etapa del proceso, es importante haberla tenido en cuenta en las etapas anteriores (preparatoria, diagnóstica y continua, fundamentalmente) ya que los instrumentos elegidos en ellas para la generación y custodia de evidencias pueden incidir significativamente en los esfuerzos necesarios para su posterior análisis. Una mala elección puede suponer que el esfuerzo para realizar un análisis profundo de este material sea excesivo e infructuoso. En este caso, el riesgo es abandonar el análisis y conformarse con el simple registro de las evidencias, haciendo inútil el esfuerzo para mejorar en la siguiente iteración.
